Resulta común que a los futbolistas profesionales les ofrezcan ir a fiestas para consumir alcohol y tabaco. Francisco Fonseca, ex seleccionado nacional, considera que si la marihuana y su uso lúdico se permite, puede ser una droga más al alcance para ellos.

“Es tentación para todos, para los futbolistas, porque es una persona como tú y como yo que soy ex futbolista. Entonces, es un tema complicado el que tocas. No estoy a favor de eso, porque tenemos muchos problemas con la juventud, que en lugar de encaminarse al deporte y al estudio se encamina a las drogas, a vicios, si esto se hace legal, se va a tener acceso mucho más fácil a esta situación”, fustiga quien fuera bicampeón con los Pumas en 2004.

—¿Es común que gente les ofrezca narcóticos a los jugadores?

—Me imagino que sí, alcohol te lo ofrecen, me pasó muchas veces, que te invitan a fiestas. Que me invitaran drogas, no, honestamente, también porque quienes andan en este tipo de vicios saben con quién meterse, a quién ofrecer. No dudo que haya miles de casos en que se le hayan ofrecido drogas a algún futbolista.

‘Kikín’, hoy comentarista de televisión, argumenta que está en la personalidad de cada uno de los profesionales del balompié si cae en la tentación de consumir sustancias que puedan perjudicar su rendimiento deportivo.

“Es una decisión propia. Si tú quieres tomar, tomas si quieres consumir droga, es tu decisión. Cuando eres mayor de edad, debes ser consciente de los pro y contras. Con los niños tienes que estar atento, la sociedad y los padres para evitar que entren en estos vicios”, recomienda quien fuera delantero de la Selección Nacional en el Mundial de Alemania 2006.

Fonseca ve la necesidad, en caso de que se legalice el consumo recreativo de la marihuana, que los entrenadores formativos y los padres trabajen en conjunto para prevenir que una promesa deportiva se “pierda”.

“En fuerzas básicas deben estar los directivos al pendiente, junto con el entrenador, pláticas con la familia. En León hablaron con mis padres para todos los cuidados, qué debía comer, todo. Ayudar a los chavos para que sepan bien qué hacer, que tengan claros los objetivos, que se olviden de las desveladas, de los vicios”, pide.

“Cuando eres más grande y llegas a ser profesional del futbol, es difícil caer en el mundo de las drogas, uno se vuelve terco. Te vuelves receptivo, escuchas con más facilidad que cuando eres un jovencito. Los entrenadores deben platicar con los jugadores, hacerles saber lo que es bueno y malo”, concluye el ex futbolista.

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