Catalogado como uno de los técnicos más estudiosos de la reciente “generación de oro” colombiana, Juan Carlos Osorio Arbeláez nació hace 54 años en Santa Rosa de Cabal, una de las principales ciudades de la Risalda, en Colombia.

Le dicen el ‘Recreacionista’.

Como jugador, actuó como mediocampista. Dicen los que lo vieron jugar, que su accionar reflejaba su personalidad, pues su juego era pausado, lleno de inteligencia, no corriendo más de lo suficiente: de carácter científico.

Su carrera pudo despegar, si no fuera porque apenas a cinco años de su debut profesional, una grave lesión en la rodilla lo paró en seco, dejándolo con la pasión a cuestas, pero con el ánimo de seguir aprendiendo. Osorio se dedicó a estudiar, se fue a Estados Unidos a aprender sobre rendimiento físico, y luego viajó a Europa, a Inglaterra, a especializarse en Ciencias Superiores del Futbol, en la Universidad de Liverpool.

Después de trabajar durante varios años en el Manchester City, regresó a su país para poner en práctica todo lo aprendido. Comenzó su andar como director técnico en el Millonarios, donde a pesar de no ganar un título dejó buena imagen.

Hombre al que le gusta experimentar, volvió a Estados Unidos esta vez para adentrarse en el “extraño” mundo de la MLS, donde se hizo cargo del Chicago Fire, equipo con el que llegó a las finales de conferencia, para después pasar al New York, donde no cumplió con las expectativas.

Regresó a su casa y los triunfos comenzaron a llegar. El Once Caldas fue donde Osorio pudo explotar todo su potencial, para después pasar a México, al Puebla, donde en 11 juegos le perdieron la paciencia.

Otra vez Colombia fue su refugio y los éxitos cayeron por cascada con el Atlético Nacional, equipo con el que consiguió seis campeonatos, entre Liga y Copa.

Con ánimos de nuevas aventuras, Juan Carlos Osorio se fue a Brasil, esperando que le llegara la gran oportunidad de dirigir una selección nacional que le permitiera cumplir su sueño de dirigir en una Copa del Mundo.

¿Y porqué le dicen el ‘Recreacionista’? Pues el mote le llegó por los métodos de entrenamiento, casi todos innovadores y que casi siempre son con balón, ya sea físico y claro, táctico.

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