Cuando hay una cámara enfrente de Floyd Mayweather Jr., la extravagancia abunda. Colección de autos deportivos, fajos de billetes apilados, recorridos en su mansión de ensueño, mujeres hermosas a su alrededor, palabras de halago propio. “Decir Mayweather, es decir boxeo”, asegura. Pero apenas se apagan los reflectores, la prioridad es la familia y cuidar su cuerpo.

Es el otro Mayweather. El padre de familia. El que busca el bienestar de los suyos al tiempo que se preocupa con énfasis por ser un modelo para sus cuatro hijos, después del episodio en donde fue acusado de violencia doméstica, en 2012, por presuntamente golpear a su ex novia y por lo cual fue condenado a seis meses de cárcel en Las Vegas.

“Trato de decir a mis hijos que siempre se comporten como pequeños caballeros, pese a cualquier circunstancia, siempre se comporten como hombrecitos. Incluso cuando ustedes vean una imagen cuestionable a esto que enseño a través de la televisión, deben entender que esto se trata de entretenimiento. Yo tengo que vender boletos y es parte de mi trabajo. Firmo contratos para entretener”, reconoció Mayweather en una teleconferencia sostenida hace dos semanas.

Desde aquel episodio de hace dos años, en donde se pudo observar a Money tras las rejas, ahora pasa más tiempo con sus hijos. Zion, Iyanna, Jirah, y Korauna, que acompañan a su padre tanto a conferencias como a sesiones de entrenamiento. Así también el resto de la familia del boxeador estadounidense está presente en todas sus peleas.

“Estoy bendecido por estar en la posición en donde me encuentro. Mi trabajo es concentrarme en mis hijos, estar seguro de que ellos y mi familia se encuentren en la mejor posición y para ello debo de concentrarme en mi oficio, que es el boxeo. Estoy donde me encuentro por actuar de manera inteligente, haciendo acciones atinadas”, resaltó.

Mayweather el de la televisión, es una persona arrogante. Se ufana de la fortuna acumulada que en los últimos años lo han colocado entre los deportistas mejor pagados del mundo. Se esfuerza por mostrar su dinero en redes sociales a través de fotos. Reparte billetes con la facilidad de un multimillonario. Y, apenas prenden las cámaras de televisión, asegura ser el mejor libra por libra del momento, al tiempo que trata de intimidar a sus rivales con fuertes declaraciones.

Esas imágenes contrastan con las que se llegan a ver de su entrenamiento, porque su trabajo de sparring lo cuida celosamente sólo para sus allegados; Mayweather dice que el “trabajo duro y la dedicación”, que tanto predica en su preparación, son tan reales como su fortuna.

“Cuando Alex Ariza [preparador físico reconocido en el boxeo mundial] me vio entrenar en vivo, lo primero que me dijo fue: ‘Nunca había visto en mi vida a un peleador entrenando y trabajando como lo haces. Ahora veo por qué estás donde estás’. Muchas personas como él vienen a visitarme a mis entrenamientos. Ahí se dan cuentan que no hay trucos para los programas de televisión y que de verdad trabajo fuerte como digo hacerlo”, se defendió Mayweather.

Hace unos días, Floyd, que apenas terminó la secundaria, fue criticado por el rapero 50 Cents por no poder leer bien un guión para la radio, a lo que Mayweather reclamó que el no tener niveles escolares superiores no es impedimento para que sea un “chico inteligente”.

“Dios no me tiene en el cielo porque lea como un intelectual”, dijo.

Money, tras vencer a Marcos Maidana, el sábado pasado, se mantiene en la cima, en donde seguirá edificando una imagen, que, pese a sus esfuerzos, es sólo una efigie.

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