BELO HORIZONTE.— Colombia se demostró a sí misma que hay vida y carnaval sin su estrella Radamel Falcao. Sin su gran ariete logró impregnar un aroma de café cargado a la Copa del Mundo, luego de golear 3-0 a Grecia.

Había muchas dudas en torno de si los sudamericanos serían capaces de tener un digno Mundial ante la ausencia por lesión del famoso Tigre. Esa incertidumbre se despejó a los cinco minutos del partido.

El gol de Pablo Armero desató el festival colombiano. Su gol tempranero ante la defensa griega (considerada una de las mejores de la última eliminatoria), provocó el éxtasis en una tribuna del Mineirao copada por camisetas amarillas.

Fue una jugada con dosis de suerte. El mediocampista quedó solo en el manchón penal. Disparó y el esférico se desvió en un defensa helénico. La pelota rodó angustiante hacia adentro. Armero, al darse cuenta de que el regreso de Colombia a una Copa del Mundo empezó con el pie derecho, convocó a un baile.

El llamado Armeration incluyó sonrisas, movimientos de manos arriba y de cintura. Junto a eso, gritos de júbilo, abrazos y palmadas. Era el preámbulo hacia un triunfo vital en las aspiraciones cafeteras de llegar a los octavos de final.

“El equipo mostró las características que tiene, somos capaces de llegar al gol, generar juego y crear situaciones”, aplaudió el estratega sudamericano, José Pekerman.

Vino una jugada plagada de talento, que culminó un futbolista conocido en México: el ex cruzazulino Teófilo Gutiérrez.

El hoy jugador del River Plate argentino, aumentó al 58’, tras un tiro de esquina de James a primer palo. Aguilar alcanzó a tocar el balón, que le quedó servido al delantero para que sólo lo empujara.

“No éramos 11 ni 23 jugadores nada más, éramos todo un país. Damos todo por el país, para que ellos disfruten” , dijo Teo.

“Nosotros venimos en alza, venimos con mucha confianza, no debemos perder el objetivo, que es jugar bien al futbol”, añadió.

Deliraban las 50 mil almas colombianas en las tribunas, bajaban los “oles”, mientras Grecia se iba entregando mansamente. Ni los ingresos de Mittroglou y Karagounis lograron modificarle el semblante. Mucho tendrá que cambiar en el conjunto heleno, si quiere superar por primera vez la fase de grupos.

Y para rematar la fiesta, James Rodríguez, el mejor jugador ayer, cerró el marcador sobre la hora acomodando el balón junto al palo derecho del arquero y desatando el festejo de la “marea cafetera”, dueña absoluta de la alegría en Belo Horizonte.

“Quería hacer un gol sí o sí, pero lo importante es que Colombia ganó y vamos por buen camino. Tenemos muy buen equipo y se puede llegar lejos, pero con mucha humildad”, explicó James.

Con ese triunfo, Colombia arranca la justa de Brasil 2014 y tres puntos en la bolsa. Una cantidad lograda como parte de su presupuesto de favorita en el Grupo C, que comparte con Costa de Marfil y Japón.

Su alegría, goles, contundencia y fiesta confirmaron que aún sin Falcao como su líder, tienen mucha vida que mostrar en la máxima justa del futbol internacional.

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