“Subjetivamente hablando, nos dejaría contentos un buen rendimiento del equipo... objetivamente hablando, que lo ganáramos 0-1”. Estas palabras de Juan Carlos Osorio, en la previa del amistoso ante Polonia, se convirtieron en realidad. El último partido de México en 2017 no fue una joya y mucho menos estuvo cerca de lo que experimentó en Bélgica. La Selección Nacional derrotó a los polacos por la mínima, en un juego de menor calidad que el anterior —en Bruselas—, debido a lo alternativo que fueron ambos entrenadores con relación a su alineación titular.

Pero igual lo adelantó el estratega mexicano: línea de tres defensores y una serie de cambios respecto al último juego (fueron seis de futbolistas y otros dos en cuanto a las posiciones que tuvieron Carlos Salcedo y Miguel Layún). De lo mejor, el siempre oportuno Raúl Jiménez, quien marcó el de la victoria en la segunda parte que tuvo, con lo que se mantendrá el debate de quién para delantero titular, cuando queda claro que si este atacante tuviera más minutos de juego, no defraudaría en cuanto a la relación tiempo en cancha y goles.

Si ante los belgas, Hirving Lozano se confirmó como una de las mejores piezas de este equipo, frente a los polacos, Jiménez mandó un mensaje claro: pasa por mejor momento entre los delanteros que militan en Europa. Pero esa decisión tendrá que esperar; por lo pronto, Osorio entregará buenas cuentas de esta gira por Europa, con la esperanza de que los federativos le consigan más de estos amistosos como preparación para la Copa del Mundo. Positivo en los resultados, sí; aunque este último duelo bajó en cuanto a las expectativas, debido al poco futbol que presentó el rival.

Oportunidad para Jonathan dos Santos y revancha para Salcedo, Diego Reyes y Layún. De estos tres, solamente el último —aunque tirado como carrilero por derecha— superó lo hecho en el anterior juego de la Selección. Los otros dos en cuestión, tan nerviosos como reprendidos por el técnico, quien no deja de corregirles.

El ritmo cansado no se rompió en ningún momento y México se acomodó a las circunstancias, lo que era otra de las asignaciones para este juego.

Polonia ofreció poco, pero igual se esperaba desde que se supo que no jugarían sus estelares. Un par de llegadas sobre el arco de Jesús Corona, pero nada de real peligro, mientras que México buscó mantener el control del balón y con ello acercarse a la meta del rival.

El par de amistosos cumplió con algunos de los objetivos por los que se buscó sacarlos de Estados Unidos. Si no en todos, sí en la mayoría; el más importante: sacar a esta Selección de la zona de confort que representa jugar en territorio norteamericano.

De los resultados, del funcionamiento. Día y noche para el equipo que dirige Osorio. Porque fueron lo más cercano a la objetividad al decir que tienen muchas cosas por corregir, como los errores en los tres goles contra Bélgica, pero subjetivos al poner en primer plano los resultados.

El saldo de la gira por Europa fue positivo. Lo ocurrido en 2017 se aderezó con el contraste de la clasificación al Mundial sin problemas y las eliminaciones en la Copa Confederaciones y la Oro, ante Alemania (4-1) y Jamaica (0-1), respectivamente. Lo negativo, las lesiones que no dejan a este equipo, luego de que César Montes salió con un problema muscular y será evaluado, para sumarse a Javier Hernández, Héctor Herrera, Edson Álvarez y Giovani dos Santos.

Ni tan dulce ni tan amargo el año para la Selección, que finalizó 2017 con victoria, además de la encomienda de planear bien los meses previos a Rusia.

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