NATAL.— Giovani dos Santos se recordó a sí mismo. Recuperó la memoria, volvió a ser el chico descarado, quien se atreve a destrozar a las zagas rivales, quien es campeón del mundo Sub-17 y medallista de oro olímpico.

A partir de esas remembranzas, Gio se convirtió en el socio perfecto de Oribe Peralta. Su movilidad, destreza y coraje se complementaron con el pundonor del Cepillo, quien fue el autor del triunfo.

Pero Dos Santos fue el artífice que comandó las esperanzas tricolores hasta vencer a Camerún por la mínima diferencia.

También fue víctima de la injusticia. Los árbitros le “robaron” una noche de ensueño. Había marcado dos goles para irse a la punta de los goleadores de la Copa, junto con Neymar, Arjen Robben y Robin van Persie.

Sin embargo, sus tantos fueron anulados por el silbante Wilmar Roldán, quien fue cruzado por Humberto Clavijo, su asistente, quien señaló en ambas ocasiones fuera de juego inexistente.

Ante esas pifias, Dos Santos se llevó las manos a la cara, imploró que se corrigieran esas decisiones, pero fue inútil.

“Al medio tiempo, el profe [Miguel] Herrera nos dijo que no agacháramos la cabeza, pase lo que pase, a pesar de que nos anularon los dos goles, mostramos madurez y controlamos el partido para salir adelante”, reveló entusiasta el atacante del Villarreal.

Entonces, cuando se esperaba un desmoronamiento de Gio, ocurrió lo contrario.

En la segunda mitad volvió a mostrarse como en los primeros 45 minutos. No claudicó en su esfuerzo para ser la gran figura de México en su debut triunfal ante Camerún. Se echó al Tricolor al hombro como uno de los líderes y llegó el gol mexicano.

Una jugada que comandó Héctor Herrera y que acabó en un tiro de Dos Santos sirvió para que el portero rechazara y llegara Peralta a empujar.

Desde ahí, todo fueron sonrisas en el bando mexicano. El Piojo Herrera estaba satisfecho de haber mantenido firme en su decisión de confirmar como titular al canterano del Barcelona.

“Estoy feliz por el trabajo que hice yo y en lo colectivo, creo que todos dimos un juegazo”, presumió sin miramientos, Gio.

Tras el triunfo, el habilidoso artillero tricolor mostró una sonrisa de satisfacción. Se fue al vestidor, sabedor del deber cumplido en el inicio mexicano en la Copa del Mundo brasileña.

“Me siento motivado por jugar un Mundial, sabemos que tengo familiares y amigos brasileños aquí, pero eso es punto y aparte, no se necesita motivación extra para jugar un Mundial”, señaló visiblemente emocionado.

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