La marcha mexicana está de luto. En la orfandad. “Su padre”, el polaco Jerzy Hausleber, falleció ayer víctima de un infarto, luego de permanecer varias semanas internado en un hospital de la capital.

Su corazón, mermado desde hace al menos una década, no resistió más y terminó por ceder.

Irreparable pérdida para el atletismo nacional, que le debe nada menos que nueve medallas olímpicas y 118 más en competencias de nivel internacional.

“Mi más sentido pésame a los familiares de Jerzy Hausleber, así como a la comunidad de la caminata, a quienes guió e inspiró”, dijo Jesús Mena, titular de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte.

El romance del instructor con nuestro país inició en 1949, cuando llegó al puerto de Veracruz con la naval de Polonia. Desde entonces, el polaco sintió un especial afecto por México, a donde retornó en 1966, esta vez, como entrenador.

Dos años después, en los Juegos Olímpicos de México 1968, Hausleber celebró su primer triunfo tras conseguir la medalla de plata con el sargento José Pedraza, en los 20 kilómetros. En Montreal 1976, Jerzy guió a Daniel Bautista al oro en la misma prueba e igual hizo con Ernesto Canto en Los Ángeles 1984. En Barcelona 1992, condujo a Carlos Mercenario a la plata, en los 50 kilómetros.

Jerzy fue un innovador en los entrenamientos. Parte de su filosofía se trataba de realizar campamentos en lugares como el lago Titicaca, de Bolivia, a 4 mil metros sobre el nivel del mar. El objetivo, decía, era que el atleta produjera más glóbulos rojos y de esta forma llegara a las competencias con mayor oxigenación.

Hausleber fue el artífice del gran momento que vivió la caminata mexicana de los años 70 hasta los 90. Época complicada para el deporte nacional, en la que la marcha era la que daba buenas cuentas a México.

“Desgraciadamente fallece un gran hombre, un gran entrenador, un amigo, un maestro, fue un padre para mí.”, dijo Bautista.

En los más de 40 años de enseñanza, el entrenador también ayudó a Bernardo Segura, Joel Sánchez y Noé Hernández a través de sus alumnos Adrián Navarro, Víctor Sánchez y Pedro Aroche, respectivamente. México obtuvo otras tres medallas olímpicas: Segura (bronce) en Atlanta 1996, Sánchez (bronce) y Hernández (plata), ambos en Sydney 2000.

En la entrega del Premio Nacional de Deportes 2011, Hausleber marcó un precedente, cuando se negó a recibir el galardón que entregaba por última ocasión Felipe Calderón. El motivo fue que no percibiría el monto económico (577 mil pesos), debido a que lo obtenía por segunda ocasión y el reglamento lo impedía.

La salud del profesor comenzó a deteriorarse hace más de 10 años, como consecuencia de un infarto masivo que le provocó daños cerebrales. Además se le practicaron cirugías en las rodillas y la cadera.

En 2012, Hausleber fue objeto de varios homenajes y reconocimientos en el país, uno en el Centro Nacional de Alto Rendimiento y Talento Deportivo, donde la pista de atletismo lleva su nombre.

Al Padre de la Caminata le sobreviven su esposa Bozena, sus hijos Andrés y Tomás y siete nietos.

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