Ostenta dos títulos mundiales en la división superwelter. Marcha invicto en el difícil universo del boxeo mundial tras 43 combates. Tiene su propia firma promotora. Es el pugilista que más audiencia acumula en la señal boxística de Televisa. Y muchas veces se olvida que apenas es un joven de 23 años.

Saúl Canelo Álvarez inició su sueño de ser boxeador antes de los 12, cuando observaba a su gran ídolo de los encordados, su hermano Rigoberto Álvarez. Ahí empezó su anhelo de un día ser tan famoso como Julio César Chávez o Muhammad Ali. De un sábado ir a pelear a Las Vegas y presumir ser campeón del mundo.

El más pequeño de una familia de ocho hermanos, debutó en el sector profesional a los 15 años, debido a que ya ningún rival lo quería enfrentar.

Hoy, a unas semanas de su pelea más importante en lo que va de su carrera boxística —cuando enfrente al estadounidense Floyd Mayweather Jr. el 14 se septiembre en Las Vegas— señala los tres pilares de su vida para ser considerado como un boxeador exitoso dentro y fuera del ring.

El primero se trata de su familia. Ahora, Saúl centra una especial atención en su hija Emily Cinnamon, quien llegó a este mundo cuando El Canelo aún no cumplía la mayoría de edad.

“Soy muy responsable en lo que es mi trabajo, en lo que es mi vida, pues tengo una hija de cinco años, y no estoy casado. A los 17 años nació esa hija y desde ese momento me hizo un ser humano más responsable, porque obviamente tengo una responsabilidad con ella. Parte de mi éxito es mi hija”, admite Saúl Álvarez, en charla realizada unas semanas atrás.

“Siempre pienso cosas como si mi hija me ve haciendo esto u lo otro. Quiero ser un ejemplo para ella. Eso es lo más importante en toda mi vida”, resalta el tapatío.

El segundo pilar de su personalidad son las enseñanzas de sus entrenadores y managers: Eddy y Chepo Reynoso. Con ellos inició sus primeras peleas amateurs y ahora hasta comparten la responsabilidad de mantener su propia promotora de funciones boxísticas bajo el sello de Canelo Promotions.

“Se aprende mucho de ellos. Chepo y Eddy son de la gente que siempre han estado desde que empecé. Ellos han sido una familia para mí, siempre han estado en las buenas y en las malas conmigo. Lo digo en lo personal. Eso hace que uno aprenda de ellos del cómo son. El valor de la lealtad. Uno aprende a vivir así”, destaca.

El tercer pilar de su vida lo ha formado a partir de los consejos y enseñanzas recibidos de su actual promotor, Óscar de la Hoya. Para El Canelo, De la Hoya es un ejemplo tanto en lo boxístico como en lo empresarial.

“Con Óscar se aprenden muchas cosas, porque al final, él fue boxeador y tuvo mucho éxito. Hay que verlo, ahora es uno de los mejores promotores del mundo. Uno aprende para el momento en que me haga promotor y así pueda hacer bien las cosas”, resalta Saúl, un joven que, a sus 23 años, tiene el mundo del boxeo a sus pies.

Google News

TEMAS RELACIONADOS