Todos ofrecen el mismo diagnóstico, por más doloroso que sea. En uno de los momentos con mayor trascendencia en el proceso que encabeza José Manuel de la Torre, la Selección Mexicana se ha derrumbado futbolísticamente, lo que complica en demasía su situación dentro del hexagonal final de la Concacaf rumbo a Brasil 2014.

La crisis acarrearía daños colaterales que podrían ser irreversibles. Ninguno como una hipotética destitución del Chepo, ese hombre para el que solicitan paciencia infinita.

“Más allá de lo que hace el rival, estamos jugando mal, precipitados, corriendo de más, a lo loco, regalando espacios, la pelota no la tenemos, no damos pausa, no nos damos cuenta cómo está jugando el adversario, no tenemos esa tranquilidad para buscar el balón y hallar espacios, además de que nos está ganando el ímpetu, porque estamos en casa, pero sólo con correr es muy difícil [triunfar]”, enlista un decepcionado Carlos Salcido.

“No puedes mentir: tienes la desesperación, presión, de ganar siempre, sobre todo en tu casa”, complementa el delantero Aldo de Nigris. “Creo que a veces afecta, porque estás con esa mentalidad de hacer las cosas, querer ir al frente y debes tener paciencia, la cual nos ha faltado. Tenemos que mejorar, dar más futbolísticamente”.

Dictamen que ha mutado en verdadera urgencia.

El invicto del actual estratega nacional en partidos oficiales (13 triunfos y cinco empates) resultaría simple anécdota si el Tricolor alarga la cadena de sinsabores. El problema es que el siguiente reto luce más complicado que la eliminatoria mundialista.

Chocar con las dos selecciones que más veces han ganado la Copa del Mundo (Brasil e Italia), así como los siempre competitivos japoneses, no es un escenario cómodo, pero el grado de dificultad aumenta si la continuidad del técnico depende de los resultados.

Nadie les ha dicho abiertamente que sea así, pero ellos se adelantan y piden tranquilidad en pleno huracán.

“Ojalá que no sea así [la posibilidad de cesarlo]. “El Chepo ha hecho muy bien las cosas, [pero] lamentablemente no hemos ganado en casa”, admite Andrés Guardado. “No creo que sea tan drástica la cosa”.

“Hay que ir a (la Copa) Confederaciones con toda la tranquilidad de que tenemos que mejorar muchas cosas y, a partir de ahí, esperar los siguientes partidos del hexagonal”.

Recomendación que podría ser ignorada si no se ofrece una buena cara al planeta en el ensayo general de cara a la XX Copa del Mundo. Salcido es de los más experimentados en el grupo y está consciente de que el apoyo público a José Manuel de la Torre será estéril en caso de repetirse otro papelón en Sudamérica.

“Sabemos lo que estamos dejando de hacer. El futbol es así: cuando los resultados no se dan, siempre hay un responsable, y en este caso es el director técnico, pero estamos con él, queremos voltear esto”, reitera. “Nos han faltado muchas cosas, tranquilidad, pero está por demás hablar… Hay que hacerlo”.

“Pienso que sí es el peor momento de este proceso. El año anterior fue muy bueno, pero en éste no han salido las cosas. Todo estaba de maravilla. Hoy, no sé qué nos pasa, lo juro. El equipo está consciente, mete, pero la desesperación nos ha ganado”.

Sentimiento que provoca el derrumbe aceptado por todos.

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