Al paso de los años, la Liga de la Primera División de México se ha vuelto cada vez, menos mexicana.

En comparación con los pasados seis torneos, en el inicio del Clausura 2016, apenas 52% de jugadores nacidos en México vieron acción.

La tendencia es marcadamente a la baja. Ya es muy complicado, casi imposible, que los clubes mexicanos, a excepción de Chivas, aferrado a su tradición de emplear a puro jugador nacido en el país, tengan mayoría de futbolistas nacionales en sus respectivas alineaciones, siendo éstas invadidas a mansalva por los no nacidos en el país, ya sean naturalizados o extranjeros.

En la jornada 1 de este naciente campeonato, actuaron 248 futbolistas, de los cuales, sólo 131 fueron mexicanos, lo que da 52% de ocupación.

Mayoría, es verdad, pero mayoría que disminuye paulatinamente.

Esto tiene a la Federación Mexicana de Futbol (FMF) en una encrucijada: “Estoy a favor de los extranjeros que vienen a competir, y que algunos de ellos se naturalicen. Pero también estoy a favor de que los mexicanos jueguen más. Esto es un tema de la agenda del Comité de Desarrollo Deportivo. Debemos encontrar el equilibrio para tener selecciones de gran nivel, pero también una Liga que destaque y que dé salida a los jugadores nacionales, como se ha hecho últimamente”, dijo Guillermo Cantú, secretario general de la Federación Mexicana de Futbol.

Pero al mismo tiempo, Cantú, viviendo el presente, pone el asunto como una manera de sacar provecho a la competencia. “Obviamente que entre más mexicanos con calidad importante jueguen, será mejor para la Selección Nacional, pero la competitividad no tiene nacionalidad”.

El fenómeno se ha agravado.

Es claro observar cómo los equipos, torneo tras torneo, han encontrado en la contratación de extranjeros y la naturalización de éstos, la respuesta al éxito fácil, dejando el trabajo con los jugadores nacidos en el país en segundo nivel.

Los números son claros. En la jornada uno del Clausura 2012, 174 mexicanos jugaron, 71.3% y de ahí, el porcentaje ha bajado. En el Apertura 2012, 67.6%; en el Clausura 2013, 68% y en el Apertura 2013, 68.5 %.

A partir del Clausura 2014, la FMF, previendo que se violentaban los derechos de los naturalizados, quitó el candado que impedía que éstos tuvieran que jugar 10 torneos seguidos para no ocupar plaza de extranjero. A partir de ese momento, los clubes pueden registrar a cinco extranjeros, naturalizados sin límite y ponerlos a jugar sin restricción alguna por delante.

Juan Carlos Osorio, técnico nacional, protegiendo su trabajo alzó la voz: “La Federación debe hacer ajustes y como extranjero, me parece justo que los mexicanos tengan oportunidades”, dijo.

La tendencia es clara. En el Clausura 2014 jugaron la fecha uno sólo 68%; Apertura 2014, 67%; Clausura 2015, 64.6%; Apertura 2015, 64%. Hasta llegar a la actualidad con 52% de presencia puramente mexicana en las canchas.

Y si se piensa que a la larga afectará a la Selección mayor, a las menores ya lo hace, como lo aceptó Raúl Gutiérrez, técnico de la olímpica. “Mi opinión es que se redujeran las plazas de extranjeros, son demasiados, sin duda afectan el desarrollo en México”. Elegir Sub-23 “es cada vez más difícil. He hablado con los muchachos, si están en la Sub-20 o Segunda, tienen que mostrarse como jugadores de Primera, esa es su misión”.

El problema es cada vez más preocupante. Mientras que los futbolistas nacidos en México juegan cada vez menos; hoy, apenas es 52%, la pregunta es: ¿mañana, cuántos?

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