Hace un par de años, cuando Ricardo Peláez incursionó en el América, se vio ganador. Optimista, soñó con la coronación de las Águilas y muchos reconocimientos a la par. Así se vio este presidente emplumado. Por eso no le sorprende encontrarse en la antesala del bicampeonato, como el club más ganador en la historia del futbol mexicano y el primer superlíder histórico, que en diciembre, pudiera levantar el máximo trofeo.
“Sí, por supuesto. Si no sueñas, si no visualizas escenarios, si no te visualizas ganador, con metas altas, a veces es difícil conseguirlas. Tenemos un plantel en cantidad y calidad muy importante, están ilusionados, muy comprometidos. Somos como una familia. La comunicación es extraordinaria y yo creo que es parte del éxito que hoy estamos viviendo”, pondera el máximo responsable de la dirigencia deportiva en la institución milloneta.
En entrevista exclusiva para EL UNIVERSAL, Peláez se interioriza en una de las porterías, desde donde ataja cualquier embate, dispuesto a añadir más éxitos a este desenlace de película que le ha dispuesto el futbol.
“Sabía que teníamos que hacer todo eso y afortunadamente lo hemos venido haciendo”, añade seguro. “Formar un buen ambiente de trabajo, un equipo competitivo en cantidad y calidad, buscar que el futbolista que llegue al América y que esté en este equipo siempre esté ilusionado y muy comprometido con la afición”, comparte.
Sin duda, se trata de escenarios “poco usuales”, reconoce Peláez, porque “lo que sucedió en esta campaña es algo raro, difícil de que vuelva a darse”.
Va por partes, entra en detalles... “El hecho de que el equipo se ‘parta’ faltando cuatro fechas, se vaya al proyecto de Selección y se logre la meta, que era calificar al Mundial, luego regresar y recuperar esa inercia que traía el grupo, no ha sido fácil”, admite sincero. Descubre además que, en el camino, “nos enfrentamos a dos grandes rivales, como fueron Tigres y Toluca, y afortunadamente logramos superarlos”.
Mejor aún, “hoy estamos en una final nuevamente y eso nos tiene muy ilusionados, muy comprometidos para con nuestra afición, el apoyo de la gente ha sido incondicional y queremos regalarles, primeramente Dios, un título, pero no con palabras, sino con hechos, en el terreno de juego”.
Por eso, se compromete Ricardo, “vamos a ir a León a hacer un partido inteligente, a tratar de traer un buen resultado y luego cerrar en casa levantando el título, esa es la idea y la ilusión que todos tenemos”.
Despedirse con el bicampeonato para las Águilas, antes de incursionar a la Selección Nacional, es algo que tiene muy conmovido a Ricardo Peláez: “Sí, la afición nos va a acompañar, estoy seguro. Creo también que el rival está a modo, porque es un equipo equilibrado, que busca la portería de enfrente permanentemente, una muy buena dirección técnica. Es una gran final, merecidamente los dos equipos llegan y nosotros, primeramente Dios, la semana que entra tendremos que estar presentando un nuevo cuerpo técnico ante la afición y estoy seguro de que habrá continuidad en el proyecto”, anticipa el directivo.
Una vez superada la final, Peláez presentará el próximo martes al nuevo cuerpo técnico del América. Según él, esta nueva fórmula mantendrá la inercia exitosa que ha encaminado el técnico Miguel Herrera, además de que permanecerá la base del grupo ganador, al que intentarán fortalecer.
“No se ha platicado ese tema, pero sin duda se va a tocar también, y que el equipo siga cosechando éxitos deportivos, que es lo más importante”, dice.
Se trata de Antonio Mohamed, aunque aún hoy Peláez se muestra conservador y respetuoso de los tiempos. “Sí, no podemos concretar absolutamente nada todavía hasta que termine el próximo domingo la participación del equipo y el martes, a más tardar, estaremos presentando primeramente Dios al nuevo cuerpo técnico”.
Eso sí, pide Ricardo, “que la gente esté tranquila, porque estamos trabajando fuerte para que el equipo permanezca en la parte alta de la tabla durante muchos años”.
Por lo pronto, aún hoy el presidente deportivo azulcrema continúa visualizando ese éxito, sin darle freno a la imaginación, porque “quiero ganar, quiero que mi equipo gane, queremos levantar la Copa, para dársela a la gran afición que tenemos”.
