El sonido de los cascabeles rompió una silenciosa tarde en la en la explanada de Rectoría de la Universidad Autónoma de Querétaro, pues en un día feriado, el lugar estaba prácticamente vacío. Penachos, indumentaria con plumas, vistosa y el olor a copal, inundaron la explanada, la cual esta vez se convirtió en un centro ceremonial. Alrededor de 35 representantes de las culturas indígenas del norte (desde Alaska hasta México), arribaron al lugar (18 que iniciaron el recorrido y los que se sumaron en el camino), después de haber realizado las primeras danzas en el estado en la zona arqueológica de El Cerrito, en El Pueblito, como parte de la sexta edición de la Carrera Intercontinental que realiza la organización civil Jornadas de Paz y Dignidad “Rezando por el agua”. Por primera vez, desde 1992, llegó a Querétaro esta carrera que se lleva a cabo cada cuatro años, en la que representantes de diversas culturas indígenas ancestrales, recorren el continente para un encuentro de dos mundos. Es decir, un grupo salió de la Patagonia, en Chile y el otro salió desde Alaska, para que ambos se reúnan en esta ocasión en la ciudad maya de Tikal, en Guatemala. José Luis Malvido de Arizona, coordinador general de Jornadas de Paz y Dignidad, explicó que “cada cuatro años hay representantes de varios grupos indígenas, que salen de Alaska y otros de Chile, vamos recorriendo de comunidad en comunidad, para terminar esta vez en Guatemala, cerca de Tikal”. “Esto lo hacemos porque la organización Paz y Dignidad viene de una profecía que es la del Águila (norte) y el Cóndor (sur), la cual viene de Sudamérica de los hermanos Kechua. En 1990 hubo una reunión intercontinental con representantes de las comunidades desde la Patagonia hasta el Ártico, estamos llegando a un sol nuevo, por lo que los ancestros Kechua señalaron que debía de cumplirse la profecía, que dice que todos los hermanos tanto del norte y del sur, nos conectamos, pero esta es una ceremonia más que otra cosa”, comentó. En esta ocasión se contempló Querétaro como parte del recorrido y la fecha de llegada coincidió con la celebración del Descubrimiento de América. “Esto fue sólo una coincidencia, ya que no se tenía planeado que llegaran este día, aunque le da un toque significativo a la ceremonia”, indicó Héctor Bernal, voluntario de la organización en el estado. Hasta el momento, son cinco meses desde el inicio de la carrera y se cumplirán los siete meses, al finalizar el recorrido en Tikal. “Nosotros damos respeto a los territorios tradicionales de los pueblos indígenas, son muchas las culturas que se suman a esta celebración, pero siempre con mucho respeto. Tenemos una manera como respetarnos, como tratarnos porque en nuestras tradiciones hay muchos principios que se basan en tratarnos como hermanos y hermanas”, añadió a su explicación José Luis Malvido. “Para participar no utilizamos alcohol, no usamos drogas y ninguno de nosotros puede tener sexo, ya que es parte de la ceremonia, esto es muy importante, porque estamos tratando de subir un nivel espiritual más grande”, agregó. En esta ocasión, los rezos del grupo son para crear una conciencia por el cuidado del agua. “Esta vez estamos haciendo un rezo por el agua, para levantar la conciencia de la situación que se vive aquí en México y muchos lugares más donde no hay agua, es muy grave por que existe un porcentaje muy bajo en el mundo de agua que se puede tomar, ahora el agua cuesta más que la gasolina, eso es triste porque que va a pasar con las generaciones del futuro”, declaró. Después de pasar por la UAQ, el grupo se dirigió a la explanada de San Gremal (Templo de la Cruz) donde serán recibidos por los Concheros de San Francisquito, para realizar otras danzas en el lugar y luego descansar, pues en la mañana se dirigen al municipio de Amealco, donde además de realizar los rezos, se llevarán a cabo conferencias, temazcales y ceremonias por el agua.

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