Sentado en una tarima colocada en la zona de advertencia de los jardines del Marlins Park, Roberto Osuna hablaba apacible de cómo ha sido el verdugo de Aaron Judge, de que debió elegírsele al Juego de Estrellas en la primera convocatoria y de la alegría que sentía por tener a su familia acompañándolo.

Más importante, el relevista mexicano de 22 años habló con elocuencia sobre su batalla contra la ansiedad.

“Ya estoy superándolo poco a poco y me estoy sintiendo mejor”, dijo Osuna. “Aunque estés bien o mal, tienes que salir a dar lo mejor de uno”.

El pitcher más joven en la historia en alcanzar los 75 salvamentos reveló el mes pasado que padecía problemas de ansiedad, los cuales le obligaron a pedirle al manager John Gibbons que no le empleara en una situación de salvamento ante Kansas City.

Su admisión —y valentía por hablar de un quebranto que en el deporte puede considerarse como una muestra de debilidad— generó un cúmulo de frases de aliento en las redes sociales.

Sincero, Osuna mencionó los retos de su carrera en las Grandes Ligas, recordando que apenas tenía 20 años cuando hizo su debut en 2015 hasta terminar lanzando en juegos de postemporada, en situaciones de presión.

“Llegó el momento en que se me juntaron todas las cosas”.

Osuna recibió la mayor ayuda por parte de sus compañeros de equipo, encabezados por el receptor Russell Martin y Jason Grilli, colega de bullpen que posteriormente fue dejado en libertad y ahora está con los Rangers de Texas.

“Recibí el apoyo de todos mis compañeros, pero Jason fue quien estuvo más cerca conmigo, día y noche, hablándome para sentirme bien”, relató. “Me dijo que le pasó lo mismo cuando era joven, me explicó cómo controlarlo”

Osuna defendió su decisión de hablar en público sobre sus problemas.

En cuanto a su temporada, Osuna tiene 22 salvamento, 21 de ellos de manera consecutiva, para situarse como un jugador confiable.

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