“Una chispa definitiva de talento de Diego Armando Maradona, el futbol ambicioso y siempre perseverante de sus compañeros de equipo, que mantuvo expectante a toda América Latina, se combinaron para conducir a la selección de Argentina a la conquista, por merecimiento propio, de su segundo título mundial al derrotar con un indiscutible 3-2 al representativo de la República Federal de Alemania”.

Así se publicó en EL UNIVERSAL, el 30 de junio de 1986, la crónica del juego por la gran final del Mundial, celebrado en México entre las selecciones de Argentina y la entonces Alemania Federal.

El final del juego quedó como uno de los más dramáticos en la historia.

“El futbol emotivo y de suspenso en que se enfrascaron los equipos durante los 20 minutos finales de la contienda, hizo vibrar, sin duda, a varios cientos de millones de aficionados de todo el mundo, que esta vez tuvieron la oportunidad de observar uno de los choques más espectaculares en la historia de las Copas del Mundo”.

Llegaron los goles argentinos “[...] Burruchaga cobró una infracción y mandó un servicio elevado hasta el lado contrario donde apareció José Luis Brown, que ante una pésima salida de Schumacher cabeceó certero al lado izquierdo [...]”.

“[...] Maradona cedió a Héctor Enrique, que a su vez habilitó con un pase en profundidad a Jorge Valdano. El goleador del Real Madrid sacó a Schumacher de la portería y disparó colocado [...]”.

Vino la reacción alemana “[...] Andreas Brehme ejecutó el servicio, el balón lo prolongó Völler con la cabeza y llegó justo a Rummenigge [...]. La perseverancia germana encontró óptimos resultados, la verdad por nadie esperados, cuando el mismo Völler emparejó los cartones. La jugada nació de los botines de Hans-Peter Briegel que forzó a la defensa a mandar a tiro de esquina. Magath ejecutó el servicio que fue elevado, techó a la defensa argentina y allí apareció Rudi Völler, que cabeceó certero para mandar el esférico al fondo de las mallas [...]”.

Y llegó el momento crucial del juego. “[...] En el momento más apropiado Apareció la figura de Diego Armando Maradona. Corrían los 84 minutos de la contienda, cuando el argentino inició una veloz contraofensiva, eludió la marca de dos defensores y tocó en corto la pelota para Jorge Luis Burruchaga, que no encontró mayores problemas para anotar, ante un nuevo error del portero Harald Shumacher [...]”.

“Seis minutos antes de finalizar, la contienda adquirió tintes espectaculares cuando Alemania tuvo una nueva reacción que tenía el único propósito de emparejar el marcador y forzar que se jugaran los tiempos extra”.

“[...] El cuadro argentino finalizó el enfrentamiento reteniendo la pelota en la mitad de la cancha y en un contragolpe, casi sobre el final, Olartiocoechea se fue solo por la izquierda. Cuando Valdano corría por el sector derecho, el defensor centró y la pelota la cortó el arquero Schumacher”.

“Esa fue la última jugada del partido... se había consumado el triunfo de Argentina”.

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