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Ayer en el estadio La Corregidora se escribió otro capítulo triste en la historia del futbol queretano, esta vez con una derrota en penaltis en la final del Torneo de Copa de la Segunda División de la filial de Gallos Blancos, Irapuato, cuyo director deportivo, Alfonso Malibrán, reconoció el dolor que tiene el equipo.
“Terminamos otra vez un gran torneo, otra vez en la final, pero lástima que no se nos dio y otra vez aquí en casa”, explicó al finalizar el duelo.
“Lamentable, porque los muchachos lucharon, el entrenador se entregó con todos nosotros, se nos fue el campeonato en casa y duele mucho, la verdad que duele mucho”, añadió el directivo con voz entrecortada.
La filial de Gallos Blancos de la categoría se trasladó a Irapuato para el Apertura 2013 y para el Clausura 2014, aunque el equipo volvió a jugar sus partidos de local en el Querétaro, por motivos del reglamento de competencia no se pudo cambiar el nombre y continuaron siendo los Freseros.
“Los muchachos dieron todo en la cancha, pero faltó anotar, faltó el gol, el empuje final”, explicó el director deportivo, que en el momento de la derrota dijo a sus jugadores y entrenadores “que levanten la cabeza, porque no se perdió la final aquí, toda la temporada la trabajaron arduos, fueron ejemplo. Tuvimos problemas por los pagos y siempre estuvieron al frente y viajando. Por el hecho de llegar a la final la verdad que los felicito, por el esfuerzo”.
El trago es todavía más amargo si se toma en cuenta que las aproximaciones de mayor peligro durante el partido fueron de los locales.
“Fue cuestión de suerte, pero felicitar a los Indios, finalmente son dignos ganadores”.
Por último, Alfonso Malibrán dio a conocer que aunque falta por definirse el destino del primer equipo del Querétaro, y con él el de sus filiales, el plan es que para el próximo torneo el equipo se transforme de nueva cuenta en los Gallos Blancos y siga jugando en esta plaza.