Monterrey.— Dinamitar las áreas rivales es el clímax de esa incomprensible religión llamada ‘futbol’, en la que ser hereje también puede abrir las puertas de la bóveda celestial.

Paradoja comprobada por los Tigres y los Pumas, que a partir de esta noche buscan el cetro del Apertura 2015. Durante la fase regular, ahogaron decenas de gritos basados en solidez defensiva, cualidad que anhelan mostrar a plenitud durante la serie final.

Fueron los dos equipos que menos veces sacaron el balón de su portería. Los felinos regiomontanos apenas lo hicieron 16 veces; los capitalinos 20, aunque éstos también finalizaron como la ofensiva más productiva (37 anotaciones).

Equilibrio que les permitió concluir en la primera posición, aunque todo quedará en simple anécdota si no son capaces de superar a un verdadero genio en cuanto a fabricar candados futbolísticos.

Desde que se instauraron los torneos cortos (Invierno 1996), seis equipos que acabaron la etapa de clasificación como los menos vulnerados dieron la vuelta olímpica. Dos estuvieron dirigidos por Ricardo Ferretti (los Pumas en el Clausura 2009 y los Tigres del Apertura 2011).

“Sabemos que tenemos una buena defensa y el ataque puede marcar diferencia”, sentencia el uruguayo Gerardo Alcoba, socio de Darío Verón en la zaga auriazul. “Estamos conscientes de que debemos mejorar muchas cosas con respecto a la serie con el América”.

Porque el segundo juego de la semifinal con las Águilas los hizo sufrir. Antes de que Carlos Darwin Quintero marcara el primer tanto en el estadio Olímpico Universitario, los punteros tenían 273 minutos sin recibir anotaciones.

Efectividad que sí tienen los felinos que hoy serán locales. El plantel del ‘Tuca’ apenas ha admitido un tanto en la actual Liguilla y se presenta en la final con 294 minutos de imbatibilidad. El defensa argentino Juan Manuel Insaurralde, de los Jaguares de Chiapas, es el único que les ha marcado.

Lo que explica la ilusión de un club que se sabe tan o más capaz cuando defiende y cuando ataca.

“Vamos a dar lo mejor de nosotros para buscar el campeonato y regalarle una alegría a la gente, porque sabemos que es un complemento para nosotros, siempre llena los estadios”, subraya el atacante Jürgen Damm. “En todas las estadísticas sale que es la afición que más va a los juegos, nos apoya, así es que –obviamente- el campeonato sería para ellos, nuestras familias y nosotros mismos, porque nos lo merecemos, y Dios quiera así pueda ser. Vamos a hacer un gran partido mañana [hoy] y el domingo [queremos] cerrar de la mejor manera en CU”.

Sobre cuya cancha esperan desquiciar a un equipo que, al igual que ellos, ha marcado cinco tantos en la actual Liguilla. No han necesitado más, porque su verdadera fuerza está en la solidez.

“Acá defendemos todos y atacamos todos, aunque nuestros delanteros tienen gran nivel”, insiste Alcoba. “Somos un equipo que sabe a lo que juega”.

Una es defenderse adecuadamente. En ocho de los 21 partidos que han jugado hasta ahora terminaron con el marco invicto, mientras que los Tigres lo hicieron siete veces, cifras que anhelan la paridad entre ambos.

Choque entre murallas que dará la octava estrella a los capitalinos o la cuarta a los norteños.

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