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MONTERREY.— El vuelo del Águila sigue perfecto. Amarrado por su técnico, no despliega con tanto esplendor sus alas, mas con poco basta para “matar” a un tigre hablador y sin garra.
El refuerzo goleador, Oribe Peralta, silencia el mismísimo Volcán y el América cada día es más superlíder, invicto y con 12 puntos de 12.
Sí, la perfección, en la que al parecer ha sido la despedida de Raúl Jiménez del balompié mexicano, ante la oferta del Atlético de Madrid.
Esta vez se ha ido en blanco, pero el “9” amarillo ha tenido un adiós soñado, con una asistencia —en el gol de Miguel Layún— y los brazos en todo lo alto, ante un lleno en el estadio Universitario.
En cuanto a cifras, las Águilas no sumaban cuatro victorias en un arranque de campaña desde el Apertura 2002 —entonces bajo la dirección técnica de Mario Carrillo—, cuya racha quedó en seis triunfos en fila. Los capitalinos están ahora a dos éxitos más de empatarla.
Bien armadito, aunque nada espectacular, mas esta versión turca del América sabe cómo sumar de a tres.
Antonio Mohamed agrupa en línea de cuatro a Madueña, Pimentel, Pablo Aguilar y Layún. Molina se ordena en la recuperación y le apoyan en esas lides El Chepe Guerrero y Michael Arroyo.
Osvaldito aparece por momentos más libre en procura de comunicarse con Raúl Jiménez y Oribe Peralta.
Pronto, el ave despliega sus alas y en cuanto halla libertad resulta atractivo y peligroso. En dos minutos, Oribe conecta con Raúl, éste la devuelve de taquito y el centro del Hermoso deja solito a Osvaldo Martínez, aunque la tira chueca y falla.
Tigres se conecta de inmediato con el ritmo y responde enseguidita. Hugo Ayala encuentra a Tito Villa, quien la pierde, mas en el rebote se rehace Burbano y su centro no logra ser aprovechado por Torres. Más tarde, Guido Pizarro ensaya dos disparos y al 14’, Michael Arroyo la hace grande, mas a la hora de tirar, Hugo Ayala evita el bombazo.
Hasta que al 22’, las Águilas sacuden las redes norteñas. Arroyo filtra para Oribe, quien sin ángulo de disparo, se sacude a Juninho y luego lanza un bombazo que fulmina a Guzmán. Golazo.
Mas como suele suceder, luego del concierto, Mohamed cierra la llave y a partir de ahí la apuesta es esperar, desesperar y contragolpear.
La fórmula funciona a la larga. Tigres desperdicia la suya, en el 58’. Marco Ruben tapa accidentalmente un cabezazo de Burbano con etiqueta de gol, el rebote le queda a Villa, quien la firma, pero Ruben estaba en fuera de juego, por lo que el árbitro César Ramos invalida.
En la siguiente acción, al 62’, las Águilas matan sin tanto ruido. Raúl Jiménez suelta un cambio de juego y localiza en el área a Miguel Layún —saldría más tarde en ambulancia del estadio, por un golpe en la quijada—, quien tras un bote dispara y acaba con los Tigres. América es más líder, gracias a que sabe golpear a la hora buena.