En ocasiones un mal puede ser el gran remedio. En 2008, una lesión de rodilla se interpuso en el camino de Vanessa Infante hacia el atletismo; debió retirarse del salto de longitud y la carrera de 70 metros con vallas.

Parecía que todo se perdía, pero por esa lesión inició en la práctica de la esgrima y ayer, Infante ganó una medalla de bronce en el arma de sable durante el Campeonato Mundial Juvenil que se realiza en Croacia y se convirtió en la primera mexicana en ascender a un podio mundial en este deporte.

“Fue rara la forma en que se dio esto, pero estoy agradecida con Dios. No quería cambiarme de deporte, me encantaba el atletismo, amaba las vallas y sin embargo, las cosas se dieron así”, recuerda Infante Galván en entrevista telefónica para EL UNIVERSAL.

Infante recuerda que su lesión en el atletismo ocurrió cuando estaba en la primaria y competía en una Olimpiada Nacional. Al lesionarse, el metodólogo Vladimir Ortiz le ofreció cambiarse al esgrima, donde su talento natural afloró de inmediato.

“Estaba lastimada y en sólo seis meses de entrenar gané plata [en la Olimpiada]”, recuerda Vanessa, quien de inmediato notó que la esgrima y ella eran mejor mancuerna de lo que fue el atletismo.

En su segundo Mundial Cadete, Infante consiguió su presea superando un complejo camino. Primero venció a la griega Georgia Chouri, luego a la británica Shreya Anil, a la turca Fatma Kose, la estadounidense Anastasia Ivanoff y perdió ante la georgiana Kristine Nozdaze y la kazaja Alya Mukatova, para clasificar en el primer lugar del Pool 2.

La tamaulipeca se enfrentó después a la griega Athanasia Kotzamani (15-11), la polaca Karolina Cieslar (15-9) y a la rusa Ekaterina Kostina (15-2). La parte más difícil fue enfrentarse en cuartos de final a su coequipera Julieta Toledo, a quien superó 15-6.

“La ronda de grupos fue difícil, estaba nerviosa, porque es a cinco puntos, pero pasé relativamente bien. Ya que empezó la eliminación me sentí más tranquila al ir ganando poco a poco; aunque fue duro enfrentar a Julieta y saber que una de las dos no podría tener medalla”, expresó.

En semifinales, Vanessa fue superada 6-15 por Karen Chang, de Hong Kong. La oriental se llevó el oro, la griega Theodora Goudoura la plata y la alemana Ann-Sophie Kindler el bronce.

“Me puse nerviosa; perdí y eso no me da gusto, pero por fortuna sí ganamos una medalla para México”, agregó.

La historia de Infante en este Mundial aún no acaba de escribirse, porque competirá en sable femenil por equipos.

“Quedan dos días de competencia y es posible ganar una medalla por equipos porque somos fuertes, hemos mostrado buen nivel y seguramente estaremos de nuevo en el podio”, concluyó Vanessa.

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