El jamaicano Omar McLeod, campeón olímpico de 110 m vallas, devolvió el orgullo al atletismo jamaicano al proclamarse campeón mundial con una marca de 13.04.

La medalla de plata, con 12.14, fue para el ruso Sergey Shubenkov, que defendía título, y la de bronce para el húngaro Balasz Baji con 13.28.

McLeod, el más rápido de año —sólo él ha bajado de los 13 segundos, 12.90— cargaba con una responsabilidad que excedía los límites de esta disciplina.

Jamaica necesitaba urgentemente una reparación tras dos derrotas humillantes en 100 metros, las más dolorosas para la primera potencia mundial de la velocidad.

Los dos venían de ganar dobletes olímpicos en Río, y sin embargo Usain Bolt fue relegado al bronce en su despedida y Elaine Thompson expulsada incluso del podio. La presión sobre McLeod, de solo 23 años, era máxima.

McLeod refrendó su condición de número uno con una carrera sin fallos, mientras que el estadounidense Aries Merritt, campeón olímpico hace cinco años, llegó quinto con 13.31.

Desde que el estadounidense Allen Johnson lo hizo en Atenas 97, ningún campeón olímpico había logrado al año siguiente el título mundial en esta prueba.

Derrotado y enojado. El español Orlando Ortega, subcampeón olímpico de 110 metros vallas, lamentó su séptima posición en los Mundiales de Londres.

“Estoy cabreado y molesto conmigo mismo. Esperaba mucho más de mí. Es evidente que no salió la carrera esperada; sabía que iba a ser difícil y que para estar en las medallas tenía que hacer la mejor carrera del año. Se vio bien claro que no tenía la condición y que faltaba mucho por hacer“, afirmó.

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