Especial para EL UNIVERSAL

Por cuarta vez, Irán participará en la Copa Mundial. Con un entrenador de prestigio internacional, como Carlos Queiroz, hay confianza en que el equipo puede llegar a los octavos de final por primera ocasión.

Desde que el ex entrenador del Real Madrid y Portugal se hizo cargo de Irán, en 2011, por lo general se ha empleado una formación 4-3-3 o 4-2-3-1, en partidos de competencia oficial. En los amistosos ha llegado a utilizar un 4-1-4-1.

Debido a las características de los jugadores que tiene, hay un sentimiento en Irán acerca de que el sistema 4-3-3 no es la mejor opción. Este sistema demanda una considerable presión sobre la defensa y se debe usar sólo cuando los zagueros son lo suficientemente sólidos para superar el ataque de los rivales.

Casi nunca sucede.

Es difícil vaticinar que eso sucedería en Brasil, contra Argentina, Nigeria y Bosnia, pero es poco probable. Si Irán utiliza un 4-3-3, los peligrosos atacantes que enfrentará, como Sergio Agüero, Lionel Messi y Edin Dzeko podrían desquiciar a la defensa. Sería un doloroso regreso a Irán. Es probable, y esperado, que la formación sea 4-2-3-1, que sacaría a relucir lo mejor del equipo asiático.

Ali Karimi, llamado el Mago de Teherán, es la gran ausencia de Irán.

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