SAO PAULO. — Y siguen las protestas en Brasil. Policías armados con gases lacrimógenos, proyectiles de caucho y granadas aturdidoras dispersaron a trabajadores en huelga en una estación del metro de esta ciudad, acrecentando los temores de que los conflictos laborales pudieran alterar el desarrollo de la Copa del Mundo.

Al menos tres sindicalistas sufrieron heridas en el choque, dijo un dirigente obrero.

Empleados del metro y trenes urbanos realizaban la segunda jornada de una huelga por aumentos de salarios que no tiene visos de finalizar rápidamente. Esto preocupa a las autoridades porque la mayoría de los aficionados que acudirán al partido inaugural de la Copa el próximo jueves entre Brasil y Croacia lo harán en metro.

Los organizadores temen que un resurgimiento de las protestas masivas contra el gobierno altere el desarrollo del torneo principal del futbol, para colmo a la vista de todo el mundo.

Pero en las últimas semanas, una serie de huelgas del transporte público, la policía, los docentes y otros han provocado mayores trastornos que las manifestaciones de hace algunos semanas.

Si se prolongan estas huelgas, “habrá caos durante el Mundial”, dijo Carla Diéguez, de la Facultad de Sociología de Sao Paulo.

“Lo que no sabemos es cuánto durará la huelga [del metro] y si trabajadores en otras ciudades donde habrá partidos también irán a la huelga”, agregó.

Los sindicatos en Brasil están aprovechando la Copa para arrancar concesiones a las autoridades, como ha sucedido en otras grandes justas deportivas. Días antes del Mundial 2010 en Sudáfrica hubo una huelga de conductores de autobuses.

Hasta ahora generalmente han resultado efectivas, como en el caso de los agentes de policía y recolectores de basura en Río de Janeiro, que obtuvieron considerables aumentos salariales.

Los sindicatos sostienen que la inflación está reduciendo el poder adquisitivo de los trabajadores. La agencia de estadísticas oficial dijo que el índice de precios al consumidor aumentó 6.37% en 12 meses hasta fin de mayo.

El ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo, apeló al orgullo nacional al pedir a los huelguistas que regresen al trabajo antes de la Copa del Mundo.

“Queremos sentirnos orgullosos de nuestro país”, dijo Cardozo. “Dentro y fuera del campo de juego, debemos demostrar de qué somos capaces”.

Los sindicatos brasileños son fuertes y paran con frecuencia para reclamar mejores salarios y condiciones de trabajo.

Y por este motivo continúa las protestas.

Google News