Especial para EL UNIVERSAL

Bosnia-Herzegovina deslumbró al mundo en la fase de clasificación con su vocación ofensiva. Safet Susic armó a su equipo con jugadores llamativos y creativos, además de que les dio mucha más libertad para decidir.

Susic no es un hombre al que le guste hablar de táctica o explicar su sistema en público. Sus pilares son los delanteros Edin Dzeko y Vedad Ibisevic, creando un 4-4-2 con un diamante en el centro.

Zvjezdan Misimovic se sitúa casi siempre justo detrás de los dos, con Miralem Pjanic incursionando por la derecha y Senad Lulic por izquierda; Haris Medunjanin es el volante de contención. Con tantas armas, los llamados Dragones pueden ser excepcionalmente peligrosos cuando tienen el balón.

La debilidad está en la defensiva con jugadores como Pjanic, Misimovic o Ibisevic, se mueven hacia adelante y crean enormes brechas entre las líneas.

Medunjanin, quien ganó un campeonato europeo Sub-21 con Holanda, antes de que él cambiara su nacionalidad a bosnia, ha jugado en esta posición, pero es un volante natural y sus habilidades de defensa dejan mucho que desear.

Hay dos lentos defensas centrales: Emir Spahic y Ermin Bicakcic, lo que puede ser el calvario de Bosnia en Brasil 2014.

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