¿Qué esconden unos puños de boxeador?, debajo de los guantes, debajo de todo el vendaje: solamente las ilusiones, el esfuerzo y el hambre de quien los usa para alcanzar una meta. Contiene la disciplina y otra forma de ganarse la vida, no, el boxeo no es leal, el boxeo es dinero y no gana el más fuerte, gana el más hábil para los negocios y el que menos reciba golpes.

La noche de este sábado, seis jóvenes queretanos se subieron al ring, armados de valor y con el sueño de portar un cinturón de campeón del mundo en algún momento, pero primero, deben demostrar que son dignos portadores de los guantes en su tierra, después en suelo ajeno y luego, “en la cima del mundo”.

Iván El Cachorro Benítez fue el primer valiente en subir al cuadrilátero y su rival, originario del estado de Guanajuato, fue Clemente Juárez.

En una pelea pactada a cuatro rounds, los golpes de Benítez sofocaron al contrincante desde el primer round, dando muestra de su poderío en cada golpe. Avanzaban los rounds y en el segundo, El Cachorro le quitó por completo el aire a su rival y lo mandó a la lona; por decisión unánime, los jueces le otorgaron la victoria al queretano.

En busca del nocaut

El palenque del Ecocentro Expositor de Querétaro fue el escenario donde estos gladiadores subieron “en busca del nocaut”.

Sin embargo, no hubo ni media entrada, la mayoría de las butacas eran caras conocidas para los peleadores: amigos y, sobre todo, familia. Entre asientos vacíos y llenos de tierra, el frío comenzaba a espantar a algunos espectadores, con un apenas entendible equipo de audio, en el lugar había muchas caras que usan, en algunas ocasiones, a un boxeador como carnada.

En busca del nocaut, la disciplina y el sueño del box
En busca del nocaut, la disciplina y el sueño del box

Llegó el turno de Pantera Morales

El queretano enfrentó a Irving Arelllano en un duelo pactado a cuatro rounds en la división súper ligero, como un felino, cauteloso midió a su rival desde el primer asalto, lo calculo, lo estudió e hizo uso de su buena táctica, conectó diversos golpes; Arellano no mantuvo la guardia y en serie entraron los uppers y ganchos que atravesaron el rostro de Arellano. Pantera logró llevar la victoria por unanimidad de votos.

No hay edad para el amor y mucho menos hay edad para el boxeo. Con 16 años, Rubén Dandy Pérez subió al ring en busca del nocaut en busca de una oportunidad para ser reconocido en uno de los deportes más populares en nuestro país.

Dandy dio muestra de su, aunque joven, buen boxeo. Osvaldo Quintanilla no se quedó atrás y le dio pelea al queretano, e incluso los superó por un asalto, pero Rubén se repuso y conectó en varias ocasiones; no obstante, por decisión unánime el triunfo fue para el de casa.

Entre tanto golpe siempre hay una pelea favorita, una que, si bien no es la estelar, es la que todos esperan, ya sea para exhibir al pugilista que tuvo las agallas para subirse al ring o simplemente para ganar mucho dinero.

La expectativa sobre Rafael Abuelo López era muy grande desde la conferencia en que fue presentado. Un boxeador de mediana estatura y con la edad y experiencia que se necesita en el boxeo, Abuelo subió seguro de sí mismo a una pelea pactada también a cuatro rounds. Su rival fue un joven también originario de Guanajuato, José Gallo Cárdenas, a quien su familia apoyaba desde la tribuna. Enfundado en una bata y short rojo salió a su esquina, su madre con un cartel gigante, vestida de los mismos colores y con la garganta seca de tanto grito, no lo dejó de apoyar en ningún round.

Pelea dispareja

Esta pelea se vio un tanto dispareja, el joven de Guanajuato dejaba ver su corta edad y su falta de técnica, pero el Abuelo parecía temeroso de pegarle al muchacho que estaba enfrente de él. En un descuido, Abuelo bajó la guardia y Cárdenas logró conectar dos jabs en la cara del queretano, lo puso de rodillas y todos pensaron lo peor. Sin embargo, Abuelo dio muestra de su resistencia y valor, y logró ponerse de pie poco antes de que el juez tocara la campana.

En el siguiente asalto, el queretano se recuperó, conectó un par de ganchos, nunca bajó los brazos, pero Gallo era más rápido y más potente en cada golpe, uno tras otro se llevó los rounds. La autoridad dio la victoria por unanimidad al de Guanajuato y los queretanos no lo podían creer, ante la expectativa que se había creado del Abuelo.

La pelea coestelar

Llegó el momento de la pelea coestelar: un joven queretano de estatura alta para ser boxeador, pero con un potente recto derecho que muchos han visto en acción, Andrey Fantasma Robles se presentó en el escenario con un short blanco con negro, seguro de sí mismo y seguro de los proyectiles que tiene como puños. Su rival fue Maximiliano Vallejo, de Guanajuato, un boxeador que ya dejaba ver su edad, pero poca experiencia en el ring. La pelea fue pactada a seis rounds.

La gente no dejaba de gritar desde las gradas, emocionada por lo que Fantasma los tiene acostumbrados. El joven queretano es un noqueador nato, rival que se le pone enfrente y rival al que hace morder el polvo.

En el segundo round fue donde Andrey conectó un jab en la mandíbula de Vallejo, el guanajuatense se desconcertó por unos segundos, pero siguió boxeando; ahí, Robles midió la fuerza de su golpe y calculó los ángulos para el siguiente round.

Y así fue, Maximiliano intentó conectar con un gancho, pero la estatura y potencia de Fantasma fueron superiores; tardó cerca de medio minuto para que su puño encontrara de nueva cuenta la mandíbula de su rival para mandarlo a la lona, en seco, con un nocaut que se hizo presente en el tercer round y que hizo reiterar el respeto del público y de su rival. Fantasma salió con la mano en alto la noche del pasado sábado.

Fue entonces el turno de José Antonio Nico Sampedro, un joven de 17 años que debutó hace dos años como profesional. Él salió de la escuela de Talentos Deportivos y en 2015 decidió lanzarse como profesional de su deporte. Esta fue su quinta pelea, ante un rival del Estado de México, Francisco Rudo Alarcón, quien era más grande en edad y peso. La pelea, originalmente pactada a ocho rounds, tuvo que descender a seis por la diferencia física entre estos dos boxeadores que se enfrentaron en la división gallo.

Nico es un joven muy risueño y disciplinado; sin embargo, la noche de este sábado hubo momentos donde se le vio preocupado, pues la fuerza de su rival y las mañas que éste ha adquirido complicaron la pelea para el queretano. Éste nunca bajó los brazos, fiel a su estilo aguantó los seis rounds y diversas ocasiones acorraló al Rudo.

Las tarjetas de los jueces indicaron que, por decisión unánime, Nico salió vencedor en su quinta pelea como profesional.

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