Su voz deja de entrecortarse. Ermen Benítez adopta una actitud defensiva cuando se le solicita compartir lo que sabe acerca de aquella fatídica madrugada del lunes 29 de julio.

El padre del Chucho hace pausas antes de dar escuetas respuestas. Aconseja platicar con Liseth Chalá, viuda del ex delantero del Santos Laguna y el América, quien le acompañó durante sus últimas horas. Sin embargo, ella prefiere no tener contacto con la prensa, por ahora.

“La persona más indicada es la esposa, pero ella está muy dolorida y es bastante difícil que conteste el teléfono”, comparte el también ex futbolista, entrevistado vía telefónica desde Quito, Ecuador. “Ella fue la que estuvo cerca, sufrió todo el dolor”.

“Es medio difícil responder eso, qué pasó [durante aquellas horas]”.

Pese a que la segunda necrocirugía practicada a Christian arrojó que padecía un mal coronario congénito, sólo detectable después de morir, la posibilidad de ser víctima de negligencia médica en el hospital de Doha al que fue llevado, tras manifestar intensos dolores abdominales, no ha sido desechada.

En sus primeras declaraciones, Chalá dejó entrever que pasó mucho tiempo para que lo atendieran. Previo a ser colocado en una camilla, El Chucho estuvo en una silla durante dos horas y sólo le fue dada una pastilla para tratar de mitigar el dolor.

La colaboración del club El Jaish también ha sido cuestionada, pero Ermen Benítez asegura que su hijo siempre le aseguró que recibía buen trato en Medio Oriente.

“No [quedó a deber la institución], porque —según lo que tengo entendido— el trato de sus compañeros y dirigentes era aceptable”, comparte. “No tengo dudas...”.

Y realiza otra pausa, derivada de la combinación que genera hablar sobre la pérdida de un hijo y el deseo de mantener en secreto la mayor cantidad de detalles posible.

Viajar en el tiempo es igual de doloroso, sobre todo a aquella madrugada en la que le fue informado que su hijo había perdido la vida.

“La que me habló por teléfono fue mi consuegra, porque mi nuera le había llamado”, recuerda... Y la voz se le vuelve a entrecortar.

Sentimiento que argumenta con lo difícil que ha sido la más reciente semana, en la que se trasladó hasta Qatar para auxiliar a la esposa del Chucho con los trámites para llevar los restos del atacante a Ecuador.

“Ha sido fatal para toda la familia: padres, esposa, sus niños, suegra”, atina a decir, conmovido. “Es un dolor muy fuerte. Es difícil poder tapar ese hueco en el corazón. Nadie está preparado para esto”.

Por lo que prefiere no recordar más sobre aquella terrible madrugada.

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