El trago amargo ha pasado. El boxeador Raúl Hirales volverá a pisar un ring profesional este sábado después de saber que su último rival, Francisco Franky Leal, falleciera a consecuencia de su afrenta, en octubre. Hirales afirma que ha superado el golpe emocional.

No obstante, los ex campeones mundiales mexicanos Lupe Pintor y Ultiminio Ramos, que pasaron por la misma amarga experiencia de saber que su adversario murió días después de haberlos derrotado, advierten que son situaciones imposibles de olvidar.

“Estuve yendo a terapias con sicólogos. También gracias al apoyo de mi familia, de mis hijos, esposa, de mis amigos que siempre están al pendiente, estoy otra vez por aquí en lo que tanto me gusta y en lo que tanto me ha dado”, dijo Hirales, vía telefónica desde Tijuana, para EL UNIVERSAL.

El pugilista, originario de La Paz, enfrentará a Fernando Vargas en el Hipódromo Caliente de Tijuana, luego de meditar el retiro tras saber que Franky Leal falleciera a consecuencia de los golpes que él mismo le conectó en el ejercicio de este deporte. Hirales reveló que aún tiene asignaturas por alcanzar.

“Me falta cumplir un sueño, que es ser campeón del mundo. Hasta no lograrlo, aquí voy a andar”, lanzó Hirales, quien reconoció haber asistido a terapias sicológicas.

Lupe Pintor, que viviera la pena de saber que su rival galés Johnny Owen falleció por un coágulo en el cerebro dos meses después de haberlo vencido en 1980, reconoce que son situaciones difíciles de borrar en la memoria.

“Yo le seguí al boxeo y, afortunadamente, pude dejar esa situación al margen y darle con todo a mi carrera, pese a que esto no se olvida. Eso se queda en la mente, se queda en el corazón, en el sentimiento y eso no se va nunca”, comparte el ex monarca gallo y supergallo.

Ultiminio Ramos pasó el trago amargo dos veces, primero ante el cubano José Tigre Blanco, en 1958, y luego ante el estadounidense Davey Moore, en 1963. El ex pugilista mexicano-cubano enfatiza que son complicadas experiencias.

“Sinceramente, sí sentí dos o tres veces temor y miedo. Me di cuenta que todo podía suceder y pasar arriba del ring, que le pudo haber pasado a mí o a otro de mis contrarios, pero uno tiene que seguir adelante”, comparte Ultiminio.

Tanto Pintor como Ramos destacaron el apoyo de la familia y amigos. Gracias a pláticas, pudieron retomar sus carreras. En el caso de Lupe Pintor, tal y como lo hizo Hirales, contó con apoyo sicológico.

“La gente que estaba en mi entorno, mi manager, mi entrenador, don José Sulaimán, gente muy importante que, de alguna manera, me ayudaron a tomar la decisión de continuar en el boxeo. O iba con todo o me retiraba. Pero lo que pasó no se olvida. ¡Jamás se olvida! Bueno, hasta que me muera”, agrega Lupe Pintor.

Ambos ex campeones lanzan la advertencia de que, como boxeadores sobrevivientes, deben sobreponerse o, de lo contrario, arriesgan sus propias vidas al subir dudosos.

“O tomas la decisión de ir para adelante con todo o te retiras, porque hay el riesgo de que te pueda suceder a lo mismo. Se pone en riesgo la vida de un boxeador que sube sin decisión”, advierte Pintor.

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