El América busca amnesia para el dolor. Quiere a toda costa olvidar lo sucedido en la noche del jueves, que resultó trágica para los azulcremas, luego de perder en el Estadio Azteca el duelo de ida de la semifinal 3-0 ante Pumas.

Moisés Muñoz pide a sus compañeros que dejen atrás ese encuentro, y mejor se enfoquen en lo que será la revancha en CU. Ahí, las Águilas tienen que ganar por 4-0 o 4-1 para avanzar a la final.

“Hay que darle la vuelta a la página. Veremos los errores de concentración que tuvimos para que no se repitan. Hay que atacar el arco rival. Olvidarnos del partido que ya pasó y preparar el próximo. Es una oportunidad para darle la vuelta a este resultado”, solicita el portero de los azulcremas.

“Por ningún motivo vamos a tirar la toalla. En este momento muchos pueden pensar que estamos eliminados prácticamente. Es un resultado difícil de voltear, pero no podemos pensar que estamos fuera de la semifinal”, señala.

El conjunto de Coapa marcó en dos ocasiones cuatro anotaciones en el Apertura 2015. Ante Dorados, en el torneo regular, y León, en cuartos de final, alcanzó la cifra de anotaciones que le servirían para seguir en pos de la estrella 13. Sin embargo, los amarillo lo hicieron de local.

Muñoz apela al viejo dicho de que “la esperanza muere al último”. No le queda otra.

“ odavía tenemos un juego por jugar y vamos a hacerlo de la mejor manera, no va a ser sencillo, pero todavía nos queda esa esperanza de 90 minutos”, considera.

“Hay que levantar la cara, fue un golpe al orgullo. Es un resultado difícil, pero tenemos que levantar la cabeza para revertir la situación. Es difícil, pero de ninguna manera estamos muertos”, avisa el meta.

Las causas del estrepitoso descalabro emplumado en el “Coloso de Santa Úrsula”, Moisés las tiene claras y es capaz de enumerarlas. No es que Universidad los haya superado en el funcionamiento, según resalta, sino que las expulsiones de Pablo Aguilar y Miguel Samudio desequilibraron el encuentro.

“No es sencillo jugar 11 contra 11, fue un partido muy disputado, creamos más peligro. Ellos aprovecharon a la perfección los dos hombres menos que tuvimos”, acepta.

“El partido estaba controlado, este partido pudo acabar 0-0, 1-0. Las tarjetas rojas que vieron mis compañeros no son reprochables. En ese momento no lo piensas, actúas y perjudicas el trabajo que veníamos haciendo. Hay que hacer un trabajo perfecto ”, expone Moi.

Por lo pronto, el guardameta águila prefiere olvidar lo sucedido en el Azteca el jueves. Es la fórmula que encuentra para levantar la moral de cara al partido de vuelta.

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