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Toluca.— Lejos del brillo que pretendía darle a la Liguilla el gol de visitante, en esta edición ha sido todo lo contrario. Demasiadas precauciones de uno y otro bando. Ni siquiera los de casa asumen riesgos, frente al temor de permitir el temido tanto que deje cuesta arriba la misión en la vuelta. Por eso, Diablos y Tigres consuman el primer par de roscas de la fase final de este Apertura 2014.

Una semifinal muy lejana al prometido brillo y espectáculo. Los odiados adversarios, José Saturnino Cardozo y Ricardo Ferretti, han hecho todo por neutralizarse. Y lo consiguieron, a costa de acabar con el insomnio colectivo.

Bien armaditos atrás, decididos a cerrar filas y trabajar muy juntos unos de otros, así se muestran los del norte. Candados por doquier, complican el accionar choricero. De por sí, José Saturnino Cardozo entiende que no debe exponer su puerta. El cero en casa le conviene y tampoco asume riesgos.

Ricardo Ferretti, descortés, evita cualquier contacto con el estratega paraguayo. El divorcio de años se acentúa cuando los fotógrafos promueven la placa histórica. Nada, ni eso le ofrecen estos equipos a la ceremonia y sus floridos protocolos, distantes del “jueguen limpio y sientan su Liga” que fomenta el niño, durante la ceremonia previa.

Y en la cancha, el divorcio se mantiene. Ni uno ni otro apuestan por el espectáculo. Los presumibles bostezos son el pan de cada minuto. Eso justifica la ausencia de fanáticos en las tribunas del Nemesio Díez, muy lejano al lleno y al ambiente festivo que promete la descolorida Liguilla.

Ferretti emplea una sólida línea de cuatro, con Estrada, Ayala, Rivas y Torres Nilo, este último respaldado por un José Francisco Torres, quien de vez en vez se transforma en carrilero por izquierda. Mas en realidad se junta en el medio campo con Egidio Arévalo, por el centro, y Jesús Dueñas, cargado por derecha. Así las cosas, el tridente ofensivo lo conforman Joffre Guerrón, Hérculez Gómez y Damián Álvarez.

Del lado choricero, Cardozo agrupa a Jordan Silva, Galindo, Paulo da Silva y Miguel Ponce. Ríos ordena la contención, Richard Ortiz lo acompaña, cual escudero, por izquierda y Lucas Lobos se destapa en su afán por acarrear avances por el centro. Hábil, ‘Conejo’ Brizuela intenta desbordar por derecha y ‘Pájaro’ Benítez por izquierda. El responsable de los goles es Jerónimo Amione, aunque aparece distante de la zona de definición.

¿Y el árbitro? César Ramos Palazuelos marca unas y deja correr otras. Ejemplo, al 43’ hay una falta de Estrada sobre Ponce dentro del área. El silbante la deja correr.

El complemento parece tomar color. Al 48’, Damián Álvarez sorprende a la zaga local y desborda por izquierda, su centro no encuentra a Hérculez, quien hace la pantalla, mas Talavera reacciona oportuno con un guantazo que evita el gol de Guerrón, quien cerraba la pinza.

La respuesta del Toluca ocurre al 55’. El ‘Conejito’ atreve un bombazo de media distancia que, en gran lance, salva Nahuel Guzmán, al manotear hacia su costado izquierdo.

Con la historia controlada, Egidio Arévalo comete artera falta sobre Lucas Lobos. El cartón es automático, a falta de 15 minutos para el silbatazo final. Mas lejos de componerse las cosas, la terapia defensiva de Tigres termina por cerrar los pocos huecos existentes. Al final, un despiste de Nahuel casi da el anhelado tanto al local, pero todo quedó en susto. Los problemas pueden venir en la vuelta para Tigres, sin Juninho ni el suspendido Arévalo, pero todo depende de que el Toluca sepa cómo abrir ese ostión.

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