Matías Almeyda se define como “una especie de enfermo de la victoria”, pero hasta en su dolor reconoce el buen desempeño del Guadalajara sobre el campo del estadio Olímpico Universitario.

Ironías del futbol: el argentino perdió el invicto como director técnico de las Chivas en el partido que, desde su punto de vista, el equipo tuvo la nota más alta.

“Dejo el resultado de lado y hoy [ayer] fue el mejor partido que hicimos como equipo”, sentencia. “Tuvimos la posesión de la pelota, creamos situaciones [de gol] muy claras por intermedio del buen juego, pero en el futbol se gana convirtiendo. No lo hicimos”.

“Me deja tranquilo que el equipo siga por este camino. Sabíamos que, en algún momento, iba a caer un resultado adverso, pero hay que seguir de esta forma”.

Hipótesis que basa con el dominio ejercido sobre un conjunto que se hace muy fuerte en casa.

“El rival tuvo su primera chance, más o menos clara, a los 80 minutos, después de haber creado nosotros un montón de posibilidades y tener el juego”, recuerda el ‘Pelado’. “Obviamente, el resultado no me deja tranquilo, porque es una derrota y me encanta ganar, pero vuelvo a resaltar la entrega. Es admirable cómo estos jugadores dejan el alma, por el momento que viven”.

Se marcha esperanzado, más allá del dolor que experimenta este enfermo de la victoria.

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