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Tiene la cara de niño, pero ya firma como adulto. Édgar Arredondo se convirtió ayer en nuevo jugador de los Rangers de Texas, con lo que alcanza un sueño que tuvo desde que empezó en el beisbol, a los 10 años en la Liga Juvenil Culiacán Recursos.
Y no hace mucho tiempo de eso. Arredondo, de apenas 16 años cumplidos en mayo se convirtió en el jugador más joven en debutar en la Liga Mexicana de Beisbol (LMB), cuando subió al montículo con Tigres de Quintana Roo enfrentando a Guerreros de Oaxaca, el 18 de abril.
Una proesa que no nubla el horizonte del sinaloense.
“Estoy tranquilo, contento del momento que estoy viviendo, lo tomo con mucha calma”, respondió el serpentinero horas antes de la conferencia de prensa que ofreció junto con el personal de los Tigres y de los Rangers de Texas.
Sin reparo, édgar señaló que nunca tuvo preferencia por firmar con alguna organización de las más de 15 que mandaron scouts para visorear sus cualidades en el montículo. “Yo no tenía planeado nada, estaba dispuesto a irme con quien me quisiera, no estaba para ponerme los moños, simplemente, la oportunidad era la que buscaba y gracias a Dios se fijaron en mi”.
Con sus inicios en el Rey de los Deportes aún frescos en su memoria, Arredondo apunta que de niño jugó las posiciones del cuadro mezclándolo con su labor de lanzador, pero él mismo tomó la decisión de encaminarse por el pitcheo.
“Yo solito me di cuenta que era mejor de pitcher, además de que me daba más proyeción”.
La fina estampa que posee y la que llamó es acompañada de un brazo que su corta edad es capaz de lanzar recta poderosa, cambio, curva, slider y próximante el sinker. Cualidades que lo pueden llevar a la élite de la MLB.