Su padre, Ermen La Pantera Benítez, era un temible goleador en la liga de su país, Ecuador. Esa facilidad para abrirse camino y anotar la heredó de su progenitor. Lo lleva en la sangre.

“Además de ser un padre de familia era un gran jugador y goleador. Quedó muchas veces goleador y era una gran persona. A parte de eso, la enseñanza que él tuvo, siempre me ayudó a mí en muchas cosas”, comparte Christian Benítez a cerca de La Pantera. “La orientación que me dio para que uno, cada día, crezca y en instancias difíciles no decaiga. Definitivamente en lo profesional y en la vida diaria me ha ayudado mucho”.

Precisamente a él le iban a poner Jesús. “Al final [mis padres] cambiaron todo. Pero desde niño me comenzaron a decir Jesús y ya sabes cuál es el significado de Jesús”, dice con orgullo, mientras voltea al cielo...

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