Por más que se esfuerza en cumplir con las formas, Guillermo Vázquez irradia alegría y satisfacción. El director técnico de los Pumas reconoce que el nivel que mostró su equipo superó las expectativas que tenía, sobre todo tras las expulsiones de los americanistas Pablo Aguilar y Miguel Samudio.

“Como se fueron dando las cosas, sí [estoy sorprendido]”, admite. “No esperas que expulsen a alguien y el equipo hizo muy bien las cosas cuando se dieron esas situaciones”.

Aunque está consciente de que ahora el exceso de confianza puede ser el principal adversario de un equipo que está virtualmente instalado en la serie por el cetro.

Desde que sus futbolistas volvieron al camerino del Estadio Azteca, el ex volante de contención les exigió calma y la misma aplicación para el juego de pasado mañana en Ciudad Universitaria.

“Todavía no podemos decir eso [que son finalistas]. El próximo domingo debemos jugar 90 minutos muy intensos”, advierte. “El equipo tuvo la virtud de aguantar, no desesperarse y anotar cuando tuvo la oportunidad. Es un gran resultado, pero no podemos pensar que ya pasamos”.

Porque no olvida que, con igualdad numérica, los azulcrema impusieron condiciones y coquetearon con el gol.

“Fue fundamental mantener el cero en nuestra portería durante la primera parte y buscar que ellos se desesperaran”, reconoce. “Afortunadamente, pudimos anotar en la segunda parte y conseguir una buena ventaja”.

Mas no una suficiente para considerar que el partido en el Olímpico Universitario será de trámite.

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