Alfonso Jiménez aprieta la mandíbula cuando escucha el enésimo cuestionamiento a su metodología de trabajo. La postergación del regreso a las canchas de Roque Santa Cruz y los diversos problemas físicos del volante colombiano Carlos Lizarazo han vuelto a colocar en el ojo del huracán al jefe de los servicios médicos del Cruz Azul, quien reconoce cierta molestia por las dudas acerca de su capacidad para ayudar a los futbolistas en el diagnóstico de padecimientos y hasta la recuperación.

Serio, aclara que en algunos casos pueden superarse los tiempos estimados de rehabilitación, ya que todo depende de cada ser humano.

“A veces, sí te incomoda, pero sabes que es parte de esto y también, cuando tenemos errores, debemos contar con la capacidad de reconocerlo y decirlo abiertamente”, asegura el médico celeste. “No es tanto que se alarguen [los tiempos], sino que tratamos pacientes, no enfermedades”.

“Supuestamente, en los promedios de lesiones hay alguna especie de tabuladores, en los que te puedes regir, pero no quiere decir que eso sea la biblia. En la fábrica puedes saber cuántos kilos de cemento vas a producir en un día, pero estamos trabajando con seres humanos y la reacción que vaya teniendo el organismo es lo que va a dictar, y hasta que esté yo aquí esa va a ser la manera de trabajar. Ya que llegue otra persona, tendrá su forma”.

Dice estar tranquilo, pues cuenta con el respaldo de la cúpula cementera.

“El acercamiento y conocimiento que tenemos con la directiva nos da esa seguridad. Igual, ellos tienen la confianza para cuestionarme más a fondo”, presume. “Lo que más me incomoda es que haya comentarios que no sean reales y malinformen”.

Disgusto basado en la comparación de su método con el de otros clubes. Jiménez afirma que La Máquina aplica rigurosos estudios de salud.

“Algunos jugadores, cuando llegan me tachan de que somos muy estrictos en la cuestión de los exámenes médicos; que en otros lados son rapidísimos y conmigo [duran] muchas horas, pero hacemos un estudio de arriba a abajo: resonancias, radiografías, sangre, corazón, todo, para beneficio de ellos y del club”, comparte. “Otra es que, a veces, los mismos medios [de comunicación] están mal informados”.

“He oído algunas críticas de lo de [Luis Amaranto] Perea, cuando la mayoría sabe que fue intervenido quirúrgicamente en Colombia y fue rehabilitado por un doctor de allá; sin embargo, se nos sigue colgando esa medallita y uno ahí qué dice”.

Por lo que prefiere enfocarse en su trabajo y adelantar que Santa Cruz está listo para reaparecer.

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