CHICAGO.— Alfredo Talavera carece del impacto mediático que distingue a Guillermo Ochoa y José de Jesús Corona, pero gozará de la misma vitrina que tuvieron sus competidores… Y sentencia que no la desaprovechará.

El amistoso contra Bosnia-Herzegovina marca el colofón de la peculiar sesión de audiciones montada por el director técnico nacional. El arquero del Toluca es el único que no ha recibido minutos de juego. Esta noche los tendrá. Lo demás, depende de él.

“Todos los que venimos tenemos la posibilidad de pelear por una titularidad”, sentencia el canterano del Guadalajara. “He tratado de hacer mi mejor trabajo, vine a ganarla”.

Ser considerado simple espectador de una batalla entre dos hace que su sangre alcance el punto de ebullición. Aprieta la mandíbula, también los puños, y asegura que la posibilidad de que El Piojo le elija para custodiar la meta tricolor en Brasil 2014 es “mucha, al igual que todos. Tenemos la oportunidad de estar y mostrarnos”.

“Ahí está el trabajo y lo hemos seguido haciendo durante estos días”, complementa, serio. “Sin duda, [vine] a pelear. La competencia ha sido muy sana y debemos ganarla”.

Tildado de “consentido” durante la etapa de José Manuel de la Torre, aparecer en la nómina mundialista es ya una victoria moral para el tapatío, quien logró despojarse de la molesta etiqueta.

Venció a Moisés Muñoz en la batalla por un sitio, pese a que el guardameta del América lucía con ventaja por la estrecha relación que le une a Herrera. Aquella muestra de arrojo en la final contra el Cruz Azul fue clave para el único título que tiene como entrenador, mas El Piojo no se dejó llevar por el corazón.

“Es una oportunidad que tengo que aprovechar con trabajo”, afirma Talavera. “Tengo las ilusiones bien puestas, pretendo jugar el Mundial y, para hacerlo, debo ir como dicen los españoles: ‘A por todas’”.

Se trata de uno de los seleccionados a los que menos reflectores apuntan. No le importa. Sabe que la competencia es tan abierta como imparcial. Es lo único que necesita para tratar superar a dos hombres que parecen los únicos con verdaderas opciones de alinear el viernes 13 de junio frente a Camerún, en Natal.

“Estoy contento por tener la oportunidad y saber que se puede jugar un Mundial”, sentencia. “Voy por eso, es mi mentalidad, y siempre con todo respeto para mis compañeros”.

“Hay que ganarse un lugar. Para eso he estado trabajando”.

Le encantaría ser el guardameta titular de un Tricolor que pasará a la historia, porque está convencido de que el grupo que disputará la XX Copa del Mundo cuenta con los argumentos necesarios para sortear la barrera de los octavos de final.

“México tiene grandes jugadores, algunos nuevos, muy habilidosos, otros con experiencia, y puede hacer un papel bastante importante”.

El primer paso para él es ganar la carrera a Ochoa y Corona. Su oportunidad de mostrarse ha llegado.

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