CHICAGO.— Sus fatigados ojos descubren el cansancio generado durante un viaje de 13 horas desde el otro lado del océano Pacífico, mas Javier Aquino sólo pide unas cuantas horas para recuperarse. Cumplir el sueño de jugar una Copa del Mundo vale cualquier esfuerzo.

El atacante del Villarreal llega a su cita tricolor en cuanto puede. Al final cambiaron los planes. Ya no hubo tiempo de pasar a España para resolver asuntos de índole personal. Un avión lo trajo de Shanghai, China, donde era parte de la gira que realiza el Submarino Amarillo.

Travesía a la que resta importancia. También a la forma en la que se incorpora al Tri. Lo que menos les interesa es si fue de rebote, aunque lamenta hacerlo por una lesión, la de Luis Montes.

“Estar aquí es una bendición de Dios”, atina a decir el medallista áureo en Londres 2012. “Cuando no había tenido la posibilidad de estar en la lista de 23, me sentí triste, pero al final se dio”.

La diferencia horaria con Asia le impidió observar el amistoso del sábado contra Ecuador, ese en el que El Chapo resultó fracturado de tibia y peroné, tras chocar con Segundo Castillo. Se enteró hasta que sonó su teléfono. Al contestar, escuchó la voz del Piojo. En medio del desconcierto, alcanzó a entender que era convocado para Brasil 2014. Lo demás pasaba a segundo término.

“Fue un poco de sorpresa al principio, por lo que había sucedido [en el AT&T)]”, admite. “Fue un sentimiento de frustración por lo que le pasó a Montes. Después lo empecé a asimilar, me encontré sorprendido, feliz”.

El trajín le impide trabajar a la par de sus compañeros. Se reencuentra con ellos en el Soldier Field, pero sólo hay abrazos, nada de futbol.

Se encontrará disponible para el amistoso del viernes en Foxborough, ante Portugal, pese a asegurar que “físicamente estoy bien”.

Y se da tiempo para aclarar que no hay líos con Herrera, más allá de que —tras no aparecer en la nómina mundialista— aseguró que no pensaría dos veces antes de acudir a una convocatoria en el futuro. “Uno siempre quiere estar ahí y cuando no recibes un premio a tu trabajo, es un golpe fuerte. Para mí fue difícil de asimilar. Las cosas que se dijeron fueron por un momento de enojo, quizá de frustración, pero no en ese tono de que decidiría acudir o no. Simplemente, dije que seguiría trabajando para tener en el futuro la oportunidad de regresar a la Selección”.

La cual se le presentó antes de lo que imaginaba.

Sin el capitán

Herrera aclara que Rafa Márquez no jugará esta noche frente a los bosnios, pese a que evoluciona satisfactoriamente del golpe en el pie derecho que sufrió el sábado contra Ecuador: “No tiene caso seguir arriesgando jugadores en amistosos”.

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