Vestidor intacto, sin fisuras. Unión de jugadores con directiva y cuerpo técnico, para encarar un nuevo clásico ante Cruz Azul. Así describe el ambiente en el América Gustavo Matosas, pese a que su equipo se ha “comido” 10 goles en las tres derrotas recientes que ha sufrido ante Herediano, Veracruz y el Necaxa (amistoso).

Las grietas están descartadas entre los futbolistas de las Águilas. El entrenador uruguayo presume esa solidez en su escuadra, “porque la comunicación es impecable”.

Descarta las versiones de presuntas diferencias con sus pupilos o Ricardo Peláez, presidente deportivo del club de Coapa.

“Yo no sé de dónde sacan esas versiones”, refuta.

Incluso, dice que si hubiese visto algún conflicto en la racha de tres derrotas (con por los menos tres goles en contra) “ya lo hubiera solucionado”.

En el Nido se viven momentos de incertidumbre. El técnico americanista presume que ha convivido con la presión durante su carrera.

Hoy más que nunca, la afición emplumada reclama buenos resultados como en las últimas épocas bajo el mando de Miguel Herrera y Antonio Mohamed. El uruguayo sabe que necesita sacar a flote el submarino amarillo en el que se transformó el América, tras ser equiparado como un Ferrari.

“Yo vivo de la presión, en todos los equipos que he tenido y desde que comencé a jugar profesionalmente a los 17 años”, expresa.

Matosas confía en resurgir como le pasó en León y terminó por ser bicampeón del futbol mexicano.

Las Águilas suman una tercia de descalabros que han pegado hondo en el orgullo de los americanistas.

“Hay malos momentos que te hacen bien, ha sido algo malo, pero que ayudó para subsanar muchas cosas”, augura el timonel azulcrema.

Bajas por lesión y suspensiones. El primer motivo, para el sudamericano tiene una explicación: la pretemporada. Matosas afirma que fue “muy poco el tiempo” que tuvieron las Águilas para ponerse a punto.

“Me sucedió con el León, que después de salir campeón, siempre es muy corta la preparación”, justifica ante la tormenta de críticas que el ex técnico de los Panzas Verdes ha recibido desde su estancia en Coapa.

Siente “mariposas”. La sensación de dirigir al América en un Clásico Joven, Gustavo Matosas la describe como aquélla que sienten los enamorados: con “mariposas”.

Pero no son de “preocupación como en la semanita pasada que tuve, sino de emoción por el partido contra Cruz Azul en el Azteca”.

Castigo excesivo. Por tratarse de una patada que en la que “no hubo intención”, el estratega americanista considera que la suspensión de seis juegos impuesta por la Concacaf a Paolo Goltz es “excesiva”. El zaguero pateó en la cabeza a Christian Lagos, del Herediano, tico en la semifinal de ida de la ‘Concachampions’.

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