PUEBLA.— Mirada encendida, puños apretados, sangre a punto de ebullición. Para los chicos de Sergio Almaguer, cada segundo es una eternidad. Hoy jugarán su tercer partido en cinco días, pero ese cansancio pasa a segundo término si el siguiente adversario representa su antítesis.

Lo que explica la ansiedad que reflejan. Esta tarde disputarán la final del Premundial Sub-20 ante Estados Unidos, representativo con el que siempre existirá una rivalidad especial, más allá de categorías o géneros.

“Es como un clásico, todos lo vemos así. Va a ser un rival fuerte, pero saldremos a vencer”, sentencia el volante Jorge Espericueta, campeón mundial Sub-17 hace año y medio. “Para nosotros, es como un Argentina-Brasil”.

Titanes de la Concacaf que han respaldado la etiqueta durante el actual selectivo. Son los únicos equipos que ganaron sus anteriores cuatro partidos. La diferencia estriba en que el Tricolor mantiene inmaculada su portería; a los hombres de Tabaré Ramos ya les anotaron tres veces (una Haití y dos Canadá).

“Para la afición, y también para nosotros, es un clásico, un juego muy importante”, confiesa el atacante Jesús Corona.

Ambos conjuntos tienen asegurada su participación en la Copa del Mundo Turquía 2013, mas lo de hoy en el estadio Cuauhtémoc tiene que ver con el orgullo y esa incomparable felicidad que provoca superar al más enconado de los adversarios.

“Estados Unidos es un gran rival, el vecino de enfrente, el de la otra cuadra, al que le quieres ganar siempre”, subraya el capitán Antonio Briseño. “Va a ser un lindo partido y saldremos a muerte, con el cuchillo entre los dientes”.

Clásico que no se presentaba en una eliminatoria juvenil desde hace más de tres lustros. La última ocasión fue el 25 de abril de 1996, en Saltillo, Coahuila. Aquella noche, el representativo entonces dirigido por José Luis Real se impuso 2-1.

Historia que desean repetir los futbolistas de Almaguer, quienes soñaban dirimir el título con esa selección que jamás se ha proclamado campeona en un Premundial Sub-20.

“Sí nos sabe diferente. Todo el mundo quiere jugar esos partidos”, concede el goleador Marco Bueno, cuya postura encuentra eco en El Pollo Briseño: “A todos nos sabe. Es al [país] que tienes arriba [geográficamente]. Siempre está compitiendo al tú por tú contra nosotros, es un gran equipo. Para mí sí es importante ganar, porque quiero mucho a México”..

Y la mirada se enciende todavía más, los puños se aprietan tanto como se puede. Sí, la sangre hierve, porque el siguiente adversario es EU.

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