MADRID.— Al Real Madrid le bastó orden, rigor y sentido de la oportunidad para derrotar ahora por 2-1 a un Barcelona que no sale del pozo.

Sergio Ramos decidió a siete minutos del final con un cabezazo que no sólo le sirvió al Madrid para sumar tres puntos, sino para ganar una tremenda moral para el partido del martes ante el Manchester United, por la Liga de Campeones.

Todo lo contrario que el Barcelona, que sólo se pudo agarrar a un posible penalti no pitado sobre Adriano en el descuento para justificar la derrota.

El partido, correspondiente a la vigesimosexta jornada de la Liga española, mostró el dispar momento que viven actualmente ambos equipos: el Real Madrid está motivado y el Barcelona vive angustiado, como si hubiera perdido la fe en todo aquello que le hizo grande.

Y eso que el cuadro blanco ofreció en el Santiago Bernabéu una alineación con siete suplentes. Respecto al equipo que ganó 3-1 en el Camp Nou, sólo se mantuvieron Diego López, Raphael Varane, Sergio Ramos y Fabio Coentrao. Y no estuvo Cristiano Ronaldo de inicio.

A cambio, el Barcelona dispuso a casi toda su artillería, con Thiago Alcántara en lugar del lesionado Xavi Hernández, más David Villa en la delantera junto a Messi y Pedro. Y si su alineación se pareció a la del martes, su juego también.

La primera parte fue indigna de un clásico, con un Real Madrid que no quiso y un Barcelona que no pudo. Se registraron más goles que futbol y tampoco la grada vibró. En esa primera parte, parecía claro que era un partido que ninguno quería.

Aun así, fue el Real Madrid el primero en morder. Ocurrió a los seis minutos, en una jugada que desnudó las grandes carencias defensivas que tiene el Barcelona. Álvaro Morata arrancó en la izquierda, Dani Alves no tapó, Javier Mascherano se comió el centro y Benzema marcó a placer.

El Barcelona pareció desconcertado durante un buen tramo, mostrando ese futbol gris de las últimas semanas: mucha posesión para nada. Falto de profundidad, el equipo se encomendó a Messi, que esta vez sí apareció.

Ocurrió a los 18 minutos, con un balón filtrado entre la distraída defensa blanca que el argentino aprovechó. Marcó con un disparo vertiginoso de zurda que sorprendió a Diego López, mal parado.

Y no hubo mucho más en una primera parte sorda, algo que por otra parte muchos esperaban. La incógnita era ver si los dos equipos se conformaban. La respuesta se obtendría en la segunda parte.

Fue José Mourinho el primero en mover pieza y no fue para algo menor: a los 57 minutos entró Cristiano Ronaldo e inmediatamente comenzaron a ocurrir cosas en el área del Barcelona. Bastó la entrada del portugués para que el Real Madrid comenzara a ofrecer mejores sensaciones que su rival.

Y cuando el duelo entraba a la recta final llegó el gol definitivo. Fue en un saque de esquina mal defendido, cuando Ramos se elevó y marcó.

El Barça protestó una jugada final en la que Adriano cayó en el área. Acabó desquiciado con esa acción y el club blanco recortó a 13 la distancia con el líder y ganó más moral.

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