ACAPULCO.— La locomotora Rafael Nadal está de vuelta. Con un impecable servicio y un David Ferrer irreconocible en su juego, el español logró su segundo título en el Abierto Mexicano de tenis.

Ocho años después de su primer visita a nuestro país, el mallorquín volvió a apoderarse del Guaje de Plata. Lo hizo con categoría, con la clase que lo llevó a ser el mejor arcillista de todos los tiempos y con un marcador que lo dice todo. Un contundente 6-0 y 6-2.

El español borró de la pista a su compatriota en el primer set. Con un primer servicio perfecto y tiros de fantasía a la red, el jugador de 26 años definió el primer parcial en apenas en 28 minutos.

En el segundo set, Ferrer, quien suma dos títulos en lo que va de la temporada, siguió sin descifrar el juego de su rival. En vano, el cuatro del ránking mundial buscó mover a Nadal de lado a lado de la cancha. Encarrilado, el mallorquín siguió el guión iniciado en el primer periodo y demostró que poco le falta para regresar a los primeros tres de la clasificación mundial.

Así, sin pelear como se esperaba, el valenciano perdió la oportunidad de convertirse en apenas el segundo hombre en lograr cuatro campeonatos seguidos. Y Nadal, emocionado como en aquel lejano 2005 cuando obtuvo en Acapulco su primer torneo ATP 500, no pudo más que levantar los puños y derramar algunas lágrimas luego de la victoria.

Y los 8 mil aficionados, atentos al juego durante los 65 minutos de duración, le rindió pleitesía, más aún en el esperado momento de levantar el Guaje y colocarse el clásico sombrero de charro, rodeado de fuegos pirotécnicos.

Nadal, quien derrotó por séptima ocasión a David en finales, avanza a pasos agigantados en la recuperación de su rodilla. Se enfrentó en semifinales a su primera prueba de toque seria y aprobó su examen ante su compatriota Nicolás Almagro, número 12 del ranking mundial.

En la final, se notó mucho más seguro en sus desplazamientos y tiros ganadores. Nadal parce estar de vuelta.

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