Moscú.— La Plaza Roja rodeada de nieve permitió esconder un poco la seguridad que hubo en torno al lugar donde se realizó el sorteo de la Copa del Mundo de Rusia.

Nadie podía acercarse a la torre del reloj, lugar por donde se entra al Kremlin, sin mostrar su acreditación de la FIFA, y para cruzar los filtros había que mostrar todo lo que se llevaba en la ropa y en las mochilas. Nada nuevo.

En lo que sí hubo mucho cuidado fue con las cámaras. Los aparatos que se colocaron para transmitir el evento, fueron sumamente revisados. Tres horas antes del inicio de la ceremonia, se le pidió a los camarógrafos que instalaran su equipo, todo bajo una estricta vigilancia, todos estaban acompañados de un oficial.

Al terminar, fueron desalojados y encerrados en una habitación, aislados. Una hora antes del evento, de nueva cuenta los llevaron a su área para que verificaran que todo estaba en orden, que nada faltaba, que todo funcionaba… después de eso, fueron otra vez encerrados.

Minutos antes del sorteo, fueron llevados uno a uno a su colocación y después de prender sus cámaras se les dejó hacer su trabajo.Todo por la presencia del presiente de Rusia, Vladimir Putin.

El resto de la seguridad fue normal, la que hay en todo evento. A pesar de las amenazas que se ciernen sobre el gobierno ruso de algunos grupos terroristas, no han existido sobresaltos, y las autoridades mantienen la invitación a los aficionados de todo el mundo.

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