Lo de Nico Rosberg fue puro orgullo. Pese a que después de Austin, hace ocho días, ya no tenía oportunidad de quitarle el título de campeón a Lewis Hamilton, en el Autódromo Hermanos Rodríguez se entregó en cada una de las 71 vueltas para arrebatarle la victoria en el Gran Premio de México, que regresó con éxito a la Fórmula Uno después de una ausencia desde 1992.

¡Qué tal México!”, lanzó Nico desde un pletórico podio. “Sí, esta victoria es increíble, en un día enorme. Gran carrera, gran batalla ante Lewis. Él condujo de forma excelente, en verdad que así fue. Estoy muy feliz de conseguir esta victoria. En verdad que es un gran satisfacción ganar aquí, con un público tan entregado”, agregó.

El alemán defendió su pole position, que sólo perdió de manera momentánea en sus dos entradas a pits. Lewis tan sólo pudo ser su sombra. Intentó recortarle distancia en cada giro a una pista.

“Nico condujo realmente bien, sin errores. Sí, realmente fue muy complicado seguirle el paso. Por otro lado fue divertido correr sin tener que pensar en los puntos u otra cosa más. Sólo salir y gozar. Fue una de las carrera más divertidas de mi vida”, reconoció Hamilton.

El finlandés Valtteri Bottas (Williams) cerró el podio con una destacada carrera tras avanzar tres posiciones respecto a su largada. En tanto que los Ferrari tuvieron un día para el olvido, pues sus dos pilotos terminaron fuera. Primero, el finlandés Kimmi Raikkonen se retiró debido a un toque accidental con Bottas, y luego vino un error de Sebastian Vettel, que se pasó de la frenada en la sección de las eses.

Los más de 100 mil aficionados crearon un ambiente de pasión pura al gozar la carrera en su regreso tras 23 años de ausencia.

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