Toluca.— Camina lentamente hacia la diminuta escalera que conecta a la cancha con el vestuario del estadio Nemesio Díez. Es como si José Cardozo quisiera detener el tiempo, porque el suyo al frente del Toluca está a punto de expirar.

Pese a todo, recibe innumerables vítores por esas glorias como futbolista que no pudo repetir desde el banquillo. Cuando renovó su contrato, el propio entrenador paraguayo solicitó poner una cláusula en la que se estipuló su automática salida si no clasificaba a la Liguilla del Apertura 2015 o el Clausura 2016. La derrota ante el Cruz Azul (0-2) ha dejado fuera al Toluca… y él se despide, aunque pasado mañana comandará una voltereta histórica ante el Sao Paulo de Brasil, por los octavos de final en la Copa Libertadores.

“Dije que si no clasificaba, me iba... No clasifiqué y me voy”, sentencia el símbolo escarlata, con la voz entrecortada. “[El Toluca] es un club grande, en el que la exigencia es mucha”, apunta.

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