Toluca.— La realidad azul se desvaneció como un espejismo, espejismo que duró seis jornadas, en las que con poco consiguió el liderato general, del cual, se han caído y no se ve de dónde puedan detenerse. La derrota de 1-0 en casa del Toluca, no hace otra cosa que evidenciar la falta de capacidad ofensiva en el equipo de Luis Fernando Tena, que otra vez se quedó corto, que otra vez adoleció de variantes, de juego profundo, de un hombre que fuera el referente en el ataque.

Cómo se extraña a Roque, y eso que Santa Cruz, ni tiempo dio para que se le extrañara. Sin un 9 natural, el cuadro cementero no pasa de ser un equipo lleno de soldados sin general, sin talento ni la fuerza para cambiar un juego cerrado, duro, seco, como el que se dio en la cancha del Nemesio Díez.

Toluca ganó. El Diablo se levantó con el triunfo, simplemente, porque dio un golpe en el momento acertado. Una jugada practicada en la semana, que no habían puesto en acción durante el juego, marcó la diferencia, obra de Paulo César da Silva, el capitán de los rojos, quien estuvo a punto de no jugar, debido a una lesión.

Toluca no fue más que Cruz Azul, pero no quiso ser menos. La diferencia fue su localía, lo que lo hizo arriesgar un poco, sólo un poco más que la visita, suficiente para que llegara la anotación que dibujó el 1-0 en el resultado.

Los Diablos Rojos sumaron de a tres, puntos que lo meten a zona de calificación al llegar a 12. La Máquina se quedó en 14, pero ya salió de los cuatro primeros de la tabla, lejos del liderato, que orgullosamente ostentaba hace apenas dos fechas. Y es que, el inicio de torneo fue un espejismo.

Cuando Alemao y Formica se estrellaron en Talavera, apenas al inicio del juego, se pensaba que éste sería de ida y vuelta. No, la llegada atrabancada de Cruz Azul fue sólo un error de la defensa roja y hasta del ataque azul, el cual es frío, y predecible.

Todo el mundo sabe que la entrada celeste será por izquierda, el de Joao Rojas, y que el ecuatoriano desbordará, llegará a línea de fondo y... fallará su centro. Ni Alemao, necio en querer bajar por pelotas cuando Tena lo quiere de 9, ni Formica, perdido entre su fragilidad física y falta de carácter. Sólo Torrado, Báez, el joven Baca y la bien plantada defensa, daban la cara.

Toluca cedió el balón, mas aún así insinuó peligro con algunos desbordes de Édgar Benítez, mal rematados por el colombiano Montaño, quien se presentó y pasó desapercibido.

Cuando ‘Chaco’ ingresó, ya andado el segundo tiempo, Cruz Azul encontró más, mas la idea siempre acabó en los pies de Joao, quien siguió el mismo libreto, sin cambiar una coma.

Nadie aflojó ni cedió. Sólo una desatención podía marcar diferencia. Llegó a los 77’, cuando en un tiro de esquina, Jordan Silva jaló la marca para que Paulo da Silva entrara a primer poste. Corona salió tarde y ‘Maza’ tampoco llegó. Gol del Diablo.

Nulo fue el poder de reacción de Cruz Azul. El ingreso de Ismael Valadez hizo extrañar a Roque, del que se dice, ahora sí, estará para el próximo juego contra el Atlas. Del colombiano Lizarazo, ni quien se acuerde.

El marcador pudo ser más abultado, pero Corona salvó con dos lances de “Selección”. Del otro lado, Alfredo Talavera fue más agobiado, pero no tuvo tanto trabajo como el cementero.

El Diablo sacó el trinche y cerró el juego. Cruz Azul murió de nada y es que nada tiene a la hora de irse al ataque. Fue un espejismo el que se vivió a inicio de torneo, y ahora ya está en su desafortunada realidad...

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