Después de hacer el gol que le dio la primera victoria del torneo a los Pumas, Luis García Sanz aún siente una molestia:

“Lo dije el primer día que llegué y también al final del torneo pasado: estoy feliz en Pumas. La única situación que me incomoda es no poder aportar más. Sé que es una institución muy grande y aquí lo único que vale es aportar al ciento por ciento y hasta ahora no he aportado todo lo que puedo dar. Es la única espinita que tengo”, explica el futbolista ibérico de Universidad.

El ofensivo felino quiere seguir brindando alegría a su afición.

Busca mantener una regularidad, como la que tuvo el fin de semana ante Rayados de Monterrey, partido en el que “un gol nos da la victoria y una satisfacción a nuestra gente y recibo cariño, es lo que intento hacer en cada juego”.

Al llegar a Pumas se le consideró una estrella. Sin embargo, García Sanz ha deambulado entre la titularidad y la suplencia.

El talento que algún día hizo que brillará en el Liverpool inglés, apenas lo ha podido mostrar con la camiseta auriazul. Pero cree que aún puede demostrar que es un tipo con la capacidad suficiente como para cargar con el peso felino en los momentos de crisis deportiva que actualmente tiene.

“Creo que puedo ser una de las personas indicadas, porque llevo mucho tiempo viviendo este tipo de situaciones y creo que hay varios en el equipo que en momentos difíciles intentan ayudar y tirar adelante”, asegura García.

Por lo pronto, el español augura mejores tiempos para Universidad, luego de dos triunfos al hilo, uno por la Liga y otro por la Copa.

“Que el equipo se vea recompensado después del esfuerzo hecho, ayuda a quitarnos la presión, la mala sensación de que no consigues una victoria. Pero nos centramos en el paso a paso, en hacer un buen cierre de torneo, que para nosotros y la afición es lo más importante ahora mismo”, expresa.

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