Los 14 investigadores que conforman el proyecto del Gran Acuífero Maya (GAM), redescubrieron Balamkú, santuario subterráneo de Chichén Itzá, que ya fue explorado y donde hasta el momento han encontrado siete ofrendas y artefactos arqueológicos.

El santuario subterráneo se encuentra en alrededor de 24 metros de profundidad y los investigadores han explorado los primeros 500 metros de largo, donde se han encontrado con incensarios y vasijas que aún conservan restos carbonizados, alimentos, semillas, jade, concha y huesos, entre otros elementos que los antiguas mayas ofrendaron a sus dioses.

Guillermo de Anda, arqueólogo integrante del proyecto GAM, informó que los trabajos en Balamkú se tratan de un proceso de redescubrimiento, dado que el santuario subterráneo había sido descubierto en los años 60, pero en aquél momento, se decidió cubrir con un montículo de piedras.

“El mayor de los tesoros es que esta cueva radica en que no ha sido alterada ni tampoco saqueada. Es una cueva muy laberíntica y los objetos encontrados no serán extraídos porque estamos implementando una nueva metodología”, dijo Guillermo de Anda.

Los primeros estudios indican que la mayoría de los incensarios son “tipo Tláloc”, ofrenda para que hubiera agua de lluvia en la región. De Anda precisó que hasta el momento se han contabilizado 150 incensarios; sin embargo, aún hace falta contabilizar otros objetos. Los objetos encontrados podrían corresponder al Clásico Tardío (700-800 d.C.) y Clásico Terminal (800-1000d.C.).

La primera fase de exploración en el santuario subterráneo incluye la creación de un modelo en 3D de la cueva, y no se modificará, aunque hasta el momento sólo han sido recorridos alrededor de 500 metros, lo que equivaldría a una tercera parte de su extensión.

Balamkú que significa “dios jaguar”, está en Chichén Itzá, donde está planeado construirse el Tren Maya. “Espero que no pases por ahí”, dijo Guillermo de Anda, mientras que Pedro Francisco Sánchez Nava, coordinador nacional de Arqueología del Instituto Nacional de Antropología e Historia, señaló que en donde está ubicado el santuario subterráneo no pasaría el Tren Maya.

“De hecho, todavía no hay una ruta definida del Tren Maya. El tren pasará por Chichén Itzá pero no sabemos si vendrá de norte a sur o cómo será. Lo que sí puedo garantizar es que cualquier nivel de afectación que pudiera representar para estos contextos, no lo vamos a permitir”, dijo Sánchez Nava.

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