Los perros ladran con intensidad como si quisieran escapar de alguien. De repente las calles permanecen en silencio, y nadie sale de su casa. Solo los aullidos del viento acompañan los lamentos de aquella famosa mujer.

Cuenta la leyenda que cuando el reloj marca las 12 de la noche en punto, aparece una mujer vestida completamente de blanco, con el rostro cubierto por un velo sumamente delgado. Algunos dicen que camina, mientras otros asegura que flota.

Sin embargo, todos coinciden en una cosa: los gritos terroríficos que emanan de su boca.

Se cuenta que a inicios del siglo XVII, una hermosa mujer indígena se enamoró de un gallardo caballero español. El hombre quedó cautivado por la belleza de la dama y rápidamente le pidió que se convirtiera en su esposa.

Luego del matrimonio, la joven se quedaba en casa por largas temporadas, casi completamente sola, ya que su marido era un diplomático importante y tenía que asistir a sus reuniones solo.

En algunas ocasiones, cuando el sujeto no tenía que acudir a ningún llamado, disfrutaba las tardes junto a su mujer.

Los años pasaron y luego de una década la pareja ya contaba con tres hermosos hijos y todo parecía felicidad y amor.

Pero a los meses siguientes, las ausencias del marido fueron tan largas que optó por abandonar a su esposa e hijos para casarse con una mujer española de la alta sociedad.

Su enamorada, al enterarse de la noticia y cegada por el sentimiento de venganza, salió corriendo hacia la orilla del río Texcoco de la mano de todos sus hijos.

Cuando llegó al lugar, tomó al más pequeño de los hermanos y lo sumergió en el agua hasta que el infante perdió la vida. Posteriormente, hizo lo mismo con sus otros dos vástagos.

Luego de unos minutos, recuperó la lucidez y comprendió arrepentida las consecuencias de sus actos.

Rebasada por la culpa y con los ojos llenos de lágrimas, decidió suicidarse arrojándose al río. Días después de la tragedia el cuerpo de la mujer fue encontrado por un pescador de la comunidad, quien al ver la situación buscó a sus familiares.

Nadie reclamó el cuerpo, pero se le dio cristiana sepultura. A pesar de esto, el alma de “La Llorona” abandonó la tumba a los tres días y de ahí en adelante los habitantes del pueblo empezaron a escuchar los desgarradores gritos de una mujer que nunca encontrará la paz en su alma.

A lo largo del tiempo, miles de mexicanos aseguran que la han escuchado a altas horas de la noche en búsqueda de sus hijos. En diferentes estados y colonias de la República Mexicana existen distintas versiones entorno a “La Llorona”.

Es sin lugar a dudas la leyenda con más fuerza en nuestro país, pues también su aparición se asocia fuertemente con la cultura mexica y los catástrofes que se aproximaban al entonces imperio Azteca.

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