Con gran éxito se inauguró en el Museo de Arte de Querétaro (MAQRO) la exposición del artista japonés, Shinpei Takeda, titulada Anti-monumento, misma que da voz y alma a los sobrevivientes y víctimas de los ataques atómicos en Japón hace más de 70 años y que fueron ordenados por el entondes presidente de los Estados Unidos, Harry S. Truman.

Yasuaki Yamashita, sobreviviente de la bomba atómica de Nagasaki, fue invitado de honor a la inauguración de la exposición Anti-Monumento quien logró erizar la piel de los asistentes al contar su experiencia, en tan doloroso acontecimiento. Es importante resaltar que Takeda y Yamashita se conocieron años atrás, cuando el artista se encontraba en la ciudad de San Miguel de Allende, Guanajuato.

Por otro lado, se presentó un performance representativo por los integrantes de Grosso Modo de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) en honor a la obra de Takeda.

El artista originario de Osaka, Japón, quien actualmente reside en México, trajo a Querétaro esta exposición con la intención de demostrar los alcances de la destrucción causada por la guerra, su origen reside en las secuelas y testimonios de dicha explosión.

Desde 2005, el expositor ha estado recuperando testimonios de sobrevivientes de las bombas atómicas, por lo que decidió realizar esta exposición de tres obras utilizando múltiples medios como video, instalación, audio y escritura, así como materiales diversos como tinta china, hilo, papel cartón, madera y sonido para crear la atmósfera exacta de un anti-monumento.

La primera pieza, titulada “Timeline of our memory”, fue creada en 2013 y está hecha con hilo de lana tejido y deshebrado por tejedoras de Oaxaca, tinta china y metal. De acuerdo con Takeda, los hilos representan vidas y tiempos que conectan un pasado y un futuro, la parte de atrás donde se hace el nudo hace alusión a una memoria de dolor.

La segunda obra es  “How to erase our Memory”, hecha en el 2012 y muestra una pieza de papel que simula un mural, en el cual con tinta china escribió las palabras de los sobrevivientes y se complementa con una proyección de líneas con las declaraciones en japonés.

La tercera y última pieza se titula “Inscription”, la cual fue construida en 2015, en ella se muestran 113 poemas que diversas personas enviaron al artista y él decidió escribirlos en cada hilo.

“Es como si fuera una manera de codificar, inscribir estas memorias que llegan a un lugar desde otro lugar”, dijo como una forma de agradecer la hospitalidad y cariño de cada una de las personas que han compartido con él.

El artista indicó que las esculturas tejidas, las cuales forman parte de la serie, fueron elaboradas por los indígenas de Teotitlán del Valle, Oaxaca, donde hacen tapetes hechos de lana e hilo de piel.

Finalmente, en una entrevista exclusiva para EL UNIVERSAL Querétaro, el artista de origen japonés nos compartió un poco más de lo que ha hecho y cómo percibe la violencia a base de poder en la actualidad.

¿Podrías platicarnos un poco más de ti?

—Soy geólogo, tengo 38 años de edad, llevo 10 años viajando por el mundo conociendo distintas culturas, personas y a mí mismo. Cuando llegué a vivir a Tijuana, hace 14 años, encontré una manera simple de expresarme al sacar mi energía en diversas creaciones. Quiero sensibilizar cada vez a las personas sobre el dolor de la destrucción.

¿Cómo nació la idea de esta exposición?

—Fue muy impactante para mí saber que en minutos murieron hasta 120 mil personas, hecho que en la actualidad genera dolor, por eso quise con esta exposición sensibilizar a las personas para que entiendan que la violencia es un tema difícil. Para mí entenderla fue muy difícil; sin embargo, para mí Anti-monumento es la manera de no dejar la responsabilidad de cargar todas las memorias a un monumento, es invitar a escuchar, sentir, pensar y reflexionar qué es una bomba atómica para nosotros mismos.

¿Entonces, tu intención es sensibilizar a las personas respecto a lo que sucedió hace 70 años?

—Sí, pero no solamente en Japón, sino también lo que está pasando en México, la violencia y el poder que tiene a las personas bajo una nube de sangre, es importante recuperar la humanidad en las personas. La paz es una palabra que no me gusta utilizar, puedo definirlo como: No quiero vivir en guerra, quiero caminar sin miedo de que alguien en algún momento puede matarme.

El público podrá apreciar la serie Anti-Monumento hasta el 23 de abril, de martes a domingo, en el Museo de Arte de Querétaro, ubicado en Allende sur #14, Centro Histórico.

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