Con gran entusiasmo, la capital queretana continúa presenciando la sexta edición del festival Ibérica Contemporánea, que ha engalanado con color, alegría y baile algunos rincones del Centro Histórico de la ciudad, entre otros recintos del estado, nombrado como la nueva capital del flamenco.

En días pasados, el Teatro Metropolitano alojó una de las presentaciones más emblemáticas de este festejo, teniendo como protagonistas a dos grandes compañías, Ibérica de Danza y el taller coreográfico Larreal del RCPD Mariemma, quienes ofrecieron un espectacular show para más de 800 personas.

Ibérica de Danza, bajo la dirección de Manuel Segovia y Violeta Ruíz exhibieron “Novilunio”, en el que cerca de 12 bailarines salieron al escenario ataviados con capas cafés, mientras zapateaban al compás de la música. Más tarde, las castañuelas y llamativos vestidos entallados al cuerpo y con vuelos en la parte inferior, se hicieron presentes en el acto en el que se hizo referencia al año jubilar lebaniego y al viaje de una peregrina para encontrar la luz.

Posteriormente, fue el turno del taller coreográfico Larreal del RCPD Mariemma, quienes presentaron “Función-Concierto” con un total de cinco números en los que la perfección en cada una de las coreografías motivó al público para despedirlos con grandes ovaciones.

Acerca del festival que ha traspasado fronteras, Cristobal Reyes, maestro distinguido del baile flamenco comentó: “Yo llevo viniendo al festival cinco veces y ahora soy como de la familia; es de los mejores del mundo y lo sabemos todos los que estamos aquí y vemos la calidad que tiene, tanto de danza contemporánea, clásica y flamenco. Venir aquí es una maravilla, hay una gran hermandad”, destacó.

Otra de las sedes de Ibérica fue la Hacienda Viborillas, donde de manera muy íntima, la compañía Antonio Molina sorprendió a los asistentes con un espectáculo en el que el mismo Antonio “El Choro” y Gema Moneo, entregaron el alma y corazón, acompañados de cantaores y músicos sobre el escenario que los vio dominar el arte del braceo y floreo.

Con su corazón flamenco, Moneo cantó algunos temas, mientras derrochaba sensualidad con su sorprendente estilo de baile, mientras que “El Choro” lució dos cambios de ropa que lograron conjuntarse perfectamente con cada uno de sus perfectos movimientos, hasta el punto de llevarse grandes ovaciones por el público conocedor de este arte.

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