El documental Café, de Hatuey Viveros, hablado en un 90% en náhuatl, se estrena en salas este fin de semana. La producción retrata el duelo que vive una familia de la sierra poblana, tras la muerte del padre y la manera en que intentan salir del dolor.

“Es una película muy íntima de acompañamiento porque acompaño el luto de mi padre que no aparece en la película, pero es su sentimiento sobre la pérdida de un buen amigo y cómo la familia tiene que reconstruirse en un año”, detalla Viveros.

“Está hablada en náhuatl porque es la lengua en que ellos se comunican entre sí, son bilingües, pero entre padres e hijos así es cómo se comunican”, agrega.

El egresado del Centro de Capacitación Cinematográfica y que en 2010 filmó su ópera prima Mi universo en minúsculas, requería de un traductor que diariamente le contaba cosas.

“Era importante para mí respetar su lengua madre. No entiendes pero percibes, se entienden los momentos y por eso se vuelve íntimo, la cámara capta todo eso que pasa.

“En términos de significado, lo que decían lo fuimos encontrado en las trraducciones que se hacían casi de manera simultánea y filmábamos mucho”, recuerda

Viveros cuenta que cada tiempo había oportunidad de charlar con los protagonista de la historia y, aunque resumido, le decían lo que acababan de conversar entre ellos.

“Eran más que nada descripciones”, rememora el realizador.

Café comenzó su recorrido por festivales internacionales en 2014, ganando el premio a Mejor documental en el certamen de Biarritz, Mejor película en el Visions Du Reel International Film Festival y un galardón a distribución en el Festival Riviera Maya. Desde este fin de semana es visto en Cineteca Nacional así como en el Centro Cultural Universitario.

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