La revista Pauta. Cuadernos de teoría y crítica musical, que cumple 35 años, es, hoy por hoy, la única publicación editada por un compositor, y se ha convertido en un importante referente, así como en un espacio en el que convergen músicos, escritores, poetas y artistas visuales. Actualmente hay un proyecto que podría propiciar su renovación: su digitalización, prevista para el próximo otoño. Aunque, dice su director y fundador, Mario Lavista, se buscará conservar la versión impresa.

La propuesta de digitalización es de la Dirección General de Publicaciones de la Secretaría de Cultura y de la Coordinación de Música y Ópera del INBA, instituciones de las que depende económicamente la revista, pero no contempla mantener la impresión de Pauta. Y si bien el proyecto propiciaría un aumento de lectores, Luigi Amara, jefe de redacción de Pauta desde 2003, advierte que se pondrá sobre la mesa una deuda que no se ha podido resolver durante su existencia: los mecanismos de distribución, con miras a mantener también su versión impresa.

“Vamos a entrar a la era digital, ya hay un proyecto de la Dirección General de Publicaciones de la Secretaría de Cultura en el que ya se está trabajando. Es necesario que lo hagamos porque eso aumentará el número de lectores, aunque deseo mantener la versión impresa en un tiraje reducido, porque el objeto me parece muy apreciable; hay un tiraje de 2 mil ejemplares y me gustaría que quedara por lo menos en 500. Es necesario que las revistas se conviertan en digitales, entiendo que el tiempo nos ha llegado. La digitalización implicará muchos cambios, tanto en diseño como en contenido”, explica Lavista.

De acuerdo con el músico, considerado como uno de los más relevantes en la escena mexicana, maestro de generaciones y figura fundamental de la cultura en el país, la digitalización permitirá que los lectores puedan escuchar las obras a las que se haga referencia en los artículos.

“Podemos hacer muchas cosas con la versión digital. Por ejemplo, si se habla de un joven compositor mexicano, se podría dar a conocer a través de un video, de un audio con su obra y de un texto. Si es un artículo de Olivier Messiaen o de Bartók, podemos poner a disposición de los usuarios el material disponible. Deseamos, en esencia, que sea una revista que se pueda leer y escuchar. Sin embargo, en el contenido no vislumbro cambios sustanciales, más bien me parece que se mantendrá como hasta ahora”, advierte Lavista.

Por su parte, Amara, si bien da la bienvenida a la digitalización, reitera que antes de tomarse la decisión definitiva de retirar su versión impresa, se busque distribuirla en escuelas de música y otros puntos de venta que podrían darle mayor presencia a la publicación trimestral. “Las cosas se están discutiendo. Las personas con las que habíamos hablado tanto en Publicaciones como el INBA ya no están. A nosotros lo que nos gustaría es que se mantenga”, dice Amara.

Desde su fundación ha sido una revista subvencionada y por ello, asegura Lavista, se ha mantenido. Sin embargo, este apoyo también ha propiciado crisis económicas y administrativas. El año pasado, cuenta Amara, sólo se autorizaron dos de los cuatro ejemplares que se publican anualmente, la solución que propuso Pauta fue lanzar dos números dobles. Así se editaron juntos los números 137 y 138 de enero y junio, y el 139 y 140 entre julio y diciembre. Este año se lanzaría un último número impreso en el primer trimestre pero por cuestiones editoriales se decidió lanzar nuevamente una revista doble que podría salir a la venta las próximas semanas. El siguiente número aun no está decidido si será sólo digital.

“Desde sus inicios ha sido una revista subvencionada por el Estado, antes por Conaculta, ahora Secretaría de Cultura. En los últimos años no hemos tenido sobresaltos como lo que padecen otras publicaciones. Siempre hay cambios de funcionarios, de responsables, y cada uno de ellos trae sus propias ideas; a veces esas ideas no han coincidido con la existencia de Pauta, ha habido siempre algún tipo de piedrita en el camino, pero por fortuna las hemos podido quitar. Ahora, la revista tiene una vida bastante estable, aunque a veces nos enfrentamos a problemas de tipo administrativo”, cuenta Lavista.

La distribución aún es deficiente, entre otras causas porque los distribuidores no han podido resolver cómo colocar una publicación de este tipo. “No hay revistas estables de música. Existe Heterofonía, fundada en 1968 por Esperanza Pulido y ahora es la revista oficial del Cenidim y también ha tenido problemas de distribución, presupuestales. Así que no saben qué hacer con Pauta, no saben dónde ponerla. Las revistas de música que han surgido duran tres o cuatro números y desaparecen, quizá por una falta de convicción o por la poca ayuda que reciben. No es un trabajo fácil”, lamenta Lavista.

Amara apunta: “Pauta tampoco ha tenido apoyo en términos de difusión. Nosotros hemos insistido en la promoción de los números que armamos; la celebración que hicimos por los 30 años se hizo en otras instancias como Instrumenta y el IAGO en Oaxaca porque en el entonces Conaculta nadie se interesó”.

El surgimiento de la revista, recuerda Mario Lavista, se dio a partir de una inquietud: ¿Por qué no hay revistas de música?; y de una sugerencia del compositor Carlos Chávez: “Si quiere una, hágala”. Así, el músico contactó a Guillermo Sheridan, Ignacio Toscano, Francisco Hinojosa y el guitarrista Federico Bañuelos. El nombre de la revista lo propuso Rodolfo Halffter, porque no sólo hacía referencia a las hojas pautadas para escribir música, también porque el objetivo era marcar pauta. Y así fue. Desde entonces se ha centrado básicamente en la música escrita a partir del siglo XX, así como en la música de las nuevas generaciones de músicos mexicanos tanto en la composición como en la interpretación.

“Desde el inicio quisimos hacer una revista propositiva en la que hubiera una reflexión sobre el quehacer musical contemporáneo porque me parecía fundamental. A partir de los inicios del siglo XX el arte en general y la música en particular, han sufrido cambios muy importantes y muy radicales que necesitan de una reflexión teórica. Además, me parece que Pauta siempre ha estado cruzada con la literatura. Hay una especie de linaje de escritores para los cuales la música es el centro de una reflexión acerca del hombre y del mundo, en México pienso en Salvador Novo, Jorge Cuesta, Eduardo Lizalde, Eusebio Ruvalcaba, en fin, muchos. Y siempre me ha parecido importante que los músicos conozcamos lo que ellos han escrito. No hay un número en el que no haya poemas, relatos, ensayos, cuentos”, refiere el Premio Nacional de Ciencias y Artes y miembro de la Academia de las Artes.

Mientras se define el destino de Pauta, Amara asegura que el trabajo continúa y, en cualquier caso, el objetivo final será posicionar la revista en la que pude leerse a grandes intérpretes como Álvaro Bitrán, violonchelista del Cuarteto Latinoamericano; al poeta Alberto Blanco, al cronista musical Juan Arturo Brennan y al escritor Guillermo Sheridan, entre muchos otros.

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