Con motivo del 50 aniversario del Movimiento del 68, Joel Ortega Juárez presentó el libro Adiós al 68, en La Nana Fábrica de Creación e Innovación, dentro del ciclo Palabras Compartidas.

En un diálogo con Lucina Jiménez, directora de Consorcio Internacional Arte y Escuela (Conarte), el autor Ortega Juárez explicó al público que su participación en marchas, viene desde que era un niño, pues a esa edad, acompañó a su mamá en una manifestación.

Recordó que a partir de ahí empezó su lucha, pero siempre en pro de los derechos, porque eran jóvenes que creían en las instituciones, que estaban convencidos que estaban defendiendo la Constitución.

Agregó que esto es un debate que sigue vivo y es un tema de todo el siglo XX, y creo que no nos percatamos, en aquel entonces ya habíamos hecho todas las primeras marchas, la del 5 de agosto; la segunda, la del 13 de agosto, que fue inmensa, y luego la del 27 de ese mes que culminó en que habían decidido hacer un campamento.

 

“Pero las autoridades por los altavoces empezaron a decir, se les ha permitido hacer su mitin, la Plaza de la Constitución no es un lugar para acampar y tienen tres minutos para desalojar, y empezaron a salir de las puertas, eso sí lo recuerdo muy bien, los tanques de guerra”, relató.

Luego vino, recordó La Marcha del Silencio, con el fin de evitar algún problema con el gobierno, por lo que decidieron hacerlo en silencio, que fue impresionante “escuchar los fuertes pasos de toda la multitud casi al mismo tiempo”.

Posteriormente vino lo sucedido el 2 de octubre en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco.

Adiós al 68”, rechaza la mirada contemplativa con la que se ha construido la memoria de los movimientos sociales de la segunda mitad del siglo XX y lo que va del siglo XXI.

Con la dolorosa valentía que requiere la autocrítica, confronta al fantasma de aquellos que formaron la conciencia de un mundo mejor, pero que sólo lograron moldear uno distinto.

Joel Ortega, dirigente estudiantil en 1968, hace un recorrido obligadamente incómodo que va de la ilusión a la integración en la política. Este libro no es sólo un testimonio honesto sobre lo que vivió la generación del 68, es el retrato de un sobreviviente del 2 de octubre.

bbg

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